El pleno de Sada dio ayer luz verde al primer presupuesto desde 2013. El voto favorable del PDSP permitió al Gobierno local -Sadamaioría, PSOE y BNG- sacar adelante las cuentas, que ascienden a 11,3 millones. El PP votó en contra. El incumplimiento de la regla de gasto para desviar fondos del remanente positivo de tesorería al gasto corriente fue la principal objeción que los populares pusieron al documento contable de 2016.

El PP denunció que la maniobra vulnera la Ley de Estabilidad Presupuestaria aprobada por el Ministerio de Hacienda, lo que consideró "motivo más que suficiente" para votar en contra de las cuentas. El alcalde, Benito Portela, admitió ya en su primera intervención que no acataría esta "ley de Montoro", al que tachó de "ministro nefasto" por imponer estas limitaciones a concellos con estabilidad presupuestaria. "No estamos dispuestos a dejar de invertir en la gente estos 700.000 euros", alegó.

La norma estatal que impone estas restricciones al uso del remanente ha recibido las críticas de numerosos concellos, independientemente de su gestión política. Alcaldes del PP de la comarca como el de Arteixo, Carlos Calvelo -que se ha visto obligado a aprobar más de un plan económico financiero por este motivo-, ha cuestionado abiertamente las limitaciones impuestas por Hacienda a ayuntamientos saneados.

El Ejecutivo municipal destacó especialmente el carácter "social" de las cuentas de 2016. " "Es el más social que pudimos hacer manteniendo la estabilidad", destacó Benito Portela, que como el resto de las formaciones del gobierno recalcó que se trata de proyecto contable "pensando en la gente". El Gobierno local destacó e incremento de partidas de emergencia social, educación, sanidad, fomento del empleo y medio ambiente. Los tres grupos apelaron también a la inversión prevista en mejoras en la escuela infantil, el centro de salud o el colegio y en la mejora de los polígonos para atraer empresas.

Los populares centraron buena parte de su intervención en defenderse de las críticas por no aprobar un presupuesto durante los dos últimos años de su mandato. El edil Marcos López aprovechó el debate de las cuentas para afearle a socialistas y nacionalistas que le impidiesen aprobar el documento contable de 2014 y, en alusión al proyecto contable de 2016, justificó su voto en contra por el incumplimiento de la regla del gasto, la no inclusión de partidas para afrontar pagos por sentencias urbanísticas pendientes y por una previsión de ingresos por IBI que, en su opinión, no resulta realista.

El PP le echó también en cara al Ejecutivo local que reserve 110.500 euros a las subvenciones nominativas que criticaban en la oposición. Desde el Ejecutivo local replicaron que no prevén el pago de posibles indemnizaciones por expresa recomendación del asesor jurídico, que les aclaró que los litigios no se resolverían durante este ejercicio.

El Gobierno municipal, en boca de Raquel Bolaño (PSOE), solicitó al PP que reconsiderase su postura. Sin éxito. El voto del PDSP permitió dar luz verde a las cuentas. El exalcalde, Ernesto Anido no pudo resistirse a lanzar una pulla a sus exsocios. "Que se besen", animó.