La Xunta desoye la petición del Concello de Arteixo de paralizar la tramitación del peaje en sombra en la AG-55 para el tráfico de Langosteira pese a las advertencias del alcalde, Carlos Calvelo, que reclamó al Gobierno gallego que no firmase el acuerdo con Fomento mientras no se definiesen los enlaces de Meicende y Suevos de la autovía del Puerto, de titularidad estatal.

La conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez, aseguró ayer que "la firma de ese convenio es un tema jurídico" y que el Gobierno gallego lo suscribirá en cuanto los técnicos digan que está "en condiciones de firmarlo". "La conexión con el puerto exterior no se puede retrasar, por lo tanto, en cuanto los servicios jurídicos del Ministerio y de la Xunta digan que puede ser firmado, se firmará", indicó la conselleira.

El Ministerio de Fomento y el Ejecutivo gallego firmarán un convenio para que el tráfico que proceda de la autovía de Langosteira pueda usar la autopista AG-55 sin que haya un cobro directo al usuario. Seré el propio Gobierno central el que abone una indemnización a la concesionaria de la autopista. El Concello de Arteixo defiende que es mejor opción suprimir el peaje de Pastoriza para todos los usuarios de la AG-55 que construir la prolongación del acceso a Langosteira.

Retenciones en Sabón

La rotonda de Sabón registró ayer importantes retenciones sobre las 9.00 horas, cuando se atascó el acceso a los dos niveles de la glorieta desde el vial que viene de la autovía A-6 y de la autopista AG-55. La rotonda, que cuenta con dos niveles diferentes tras la inversión de la Xunta (de diez millones de euros) para reformar la glorieta, fue incapaz de absorber con fluidez a todos los vehículos que llegaron a primera hora.

Los coches empezaron a acumularse en el ceda el paso de la rotonda y se formó una larga cola que se extendió a lo largo de un kilómetro. La avenida de la Diputación, principal acceso al polígono de Sabón tampoco se libró del colapso. Esta carretera quedó totalmente colapsada desde la rotonda de Sabón. El tráfico por la carretera de Vilarrodís en cambio era fluido.