"Nos vemos en la obligación de cesar nuestra actividad. Las indemnizaciones no cubren las pérdidas y la terrible situación que atraviesa el pequeño comercio de Sada desde hace unos años nos hace imposible volver a asumir una inversión de la magnitud de la que asumimos en su momento y que todavía seguimos pagando".

Es un fragmento de la carta de despedida que dos emprendedoras, propietarias del solárium Sadasol, han difundido a través de las redes sociales para anunciar a sus clientes el fin de un negocio que habían conseguido consolidar tras años de esfuerzo y que se vio seriamente dañado por las inundaciones del pasado 30 de marzo.

Las propietarias aseguran que estudiaron "mil y una opciones" para reflotar el negocio, pero que tras un mes de "papeleos, reuniones y muchos dolores de cabeza" han decidido tirar la toalla y cerrar definitivamente las puertas del solárium. Es la primera empresa que baja la persiana a consecuencia de los anegamientos.

Hace un mes, una de las gestoras del negocio, Anabel, hacía de tripas corazón para sonreír a los medios y posar ante las cámaras junto al material del solárium, que la riada dejó totalmente inservible, al igual que la base de datos con sus cerca de 3.000 clientes. Las máquinas de bronceado estaban destrozadas y las estimaciones iniciales de daños rondaban los 180.000 euros. La tasación realizada por el seguro frustró definitivamente la expectativa de una nueva apertura del local, pero sus propietarias evitaban ayer caer en el desánimo al despedirse de sus clientes. "Se cierra una puerta, pero se abre una ventana. Gracias por tanto cariño y comprensión. Una parte de nosotros se va triste, pero otra muy contenta y agradecida de haberos conocido".

"Han sido casi diez años llenos de buenos momentos, buenos, malos y muy malos, pero sobre todo nos hemos sentido muy queridas", agradecen las empresarias. Su negocio se ha llevado el varapalo más duro de la inundación. Otros locales ya han reabierto tras realizar pequeñas mejoras o ultimas los preparativos tras realizar una reforma. La inundación ha dejado daños millonarios en viviendas y establecimientos del entorno de As Brañas y el Concello ha demandado sin éxito a la Xunta que convoque una líneas de ayudas. La Administración tampoco se ha pronunciado aún sobre la declaración de zona catastrófica, reclamada hace casi un mes.