La asociación de la tercera edad de A Barcala no atraviesa su mejor momento. La clausura de la sala en la que celebraban sus bailes tras interponer una denuncia un vecino por ruidos, ha generado un malestar que ha subido de tono en los últimos días y ha desencadenado un enfrentamiento en el seno del colectivo.

El expresidente y fundador de esta asociación que reinició su andadura en 2012 lamentaba ayer la "pasividad" de la actual directiva en reivindicar la reapertura de la sala, ubicada en un local municipal. Este socio sostiene que el residente que ha presentado la queja ante el Concello "no tiene razón" y lamenta la nueva directiva no se haya mostrado suficientemente combativa. "No entiendo esta pasividad, si se acaba el baile se acaba la sociedad. Es el alma de la asociación. Yo propuse convocar a todo el barrio a una protesta con pancartas y churrascada", relata.

El nuevo presidente del colectivo replicó ayer que está "luchando" por mantener la sala de baile y que ha mantenido varias reuniones con el alcalde, Óscar García Patiño, quien se ha comprometido a buscar un local alternativo. El actual encargado de la asociación se muestra partidario de dar un margen al Gobierno local hasta el inicio de la próxima temporada de baile. "Cuando yo pida que A Barcala se ponga en pie, A Barcala se pone en pie", afirma categórico.

No es el único frente que tiene abierto el colectivo. El anterior presidente y otros socios han impugnado las cuentas del ejercicio 2015 al detectar 1.200 euros en gastos "sin justificar". Apelan, entre otras cosas, a falta de facturas o recibos anotados en cartones son algunas de las anomalías. "Queremos que se aclare, y si lo hacen, no tendré ningún problema en reconocerlo", sostiene el alegante. El actual presidente negó ayer cualquier irregularidad.