"Va a ser una de las urbanizaciones más limpias de Galicia". Pascual Ortega está convencido de que su rebaño de ovejas y cabras pueden dejar las zonas verdes de Costa Miño Golf "empatenadas" sin necesidad de recurrir a maquinaria ni abonos químicos. Este pastor, natural de San Xoán de Vilanova, es ya un vecino más de este complejo residencial, símbolo del ladrillazo, que acoge la primera iniciativa municipal de ecopastoreo en la comarca.

Pascual, acompañado de su mujer y sus hijos, puso a pastar ayer su rebaño a escasa distancia del campo de golf. La imagen de las ovejas y las cabras alpinas y murcianas pastando plácidamente a orillas de la carretera asombra cada vez menos a un vecindario que acogió con cierto recelo su llegada.

A lo largo de la mañana, varias padres se acercaron para que sus pequeños jugasen con un rebaño que también vence poco a poco su natural resistencia al contacto con los humanos. "A mi me parece una buena iniciativa, pero eso no quita que el Concello tenga que hacer su trabajo", incidía ayer una vecina que agradece la labor desbrozadora del centenar de ovejas y cabras, pero que teme que el Concello pretenda "vender" este proyecto piloto de ecopastoreo como la solución a la crónica falta de mantenimiento de Costa Miño. "Vivo aquí desde hace siete años y solo vi a los operarios una vez", denuncia. Su malestar es el mismo que impulsó a los residentes a fundar una asociación vecinal para reclamar mejoras en los servicios: arreglo de aceras y los parques infantiles, instalación de badenes, mejoras en la recogida de basuras y un largo etcétera...

Pascual escucha atentamente las quejas de esta residente y asiente. Él también vive en Miño. Es más, parte de los terrenos engullidos por esta macrorbanización pertenecieron a su familia. Como los del merendero a orillas del Camiño Inglés que el abandono ha cubierto de zarzas y maleza. Con parsimonia, su rebaño ha comenzado a recuperar este entorno. "De pequeño venía muchas veces aquí con mi abuela. Yo también son de San Xoán y quiero ver todo esto reluciente", incide.

Este ganadero deja claro que no pretende establecer una zona de pastoreo intensivo, ni hacer negocio o poner pastores eléctricos como temieron inicialmente los vecinos. Solo soltar unos días al mes al rebaño para que la maleza pase de ser fuente de molestias a alimento.