Arteixo está a punto de perder su icono industrial más popular: la chimenea de la central térmica de Sabón, que se puede ver a varios kilómetros a la redonda. Gas Natural Fenosa ha iniciado los trabajos para desmantelar esta estructura que mide 200 metros de altura y que se construyó a mediados de la década de 1970. La previsión que maneja la directora de la planta, Irma González, es que los trabajos estén completamente terminados en el mes de marzo del próximo año.

La demolición de la chimenea se realizará en varias fases diferentes. La empresa contratada por Gas Natural, Afesa Medio Ambiente, instalará unas plataformas extensibles que rodearán el fuste de la estructura. La demolición en la parte interior ya ha comenzado. Los operarios han abierto un gran agujero en la base la chimenea para poder retirar las escombros de los trabajos de derribo del interior. La directora de la central, Irma González, señala que los operarios "se cuelgan desde arriba con una plataforma" que hay en el interior y "van retirando materiales que son como ladrillos".

En la parte más alta de la chimenea los operarios realizarán los trabajos con martillos picadores y cizallas. A continuación se procederá al corte de trozos de la estructura en forma de rodajas con hilo diamantado. La operación se repetirá hasta que solo queden 30 metros de altura de la estructura. Las piezas cortadas se bajarán con una grúa de gran tonelaje. En la parte más baja la demolición el derribo se realizará de forma mecánica.

Gas Natural desmantela la chimenea porque no tiene uso desde 2008. La empresa implantó un ciclo combinado que funciona con gas natural y dejó de utilizar el fuel como combustible, con lo que la chimenea dejó de tener utilidad. La compañía solicitó en 2010 el cierre de los dos grupos de fuel de la central, que tenían más de 40 años de antigüedad. La directora de la central explica que "no tiene sentido mantener recursos en una instalación que está fuera de uso" y que es "un gasto".

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Empieza el derribo de la chimenea de la central de Sabón

La propietaria de la planta inició en diciembre de 2015 el desmantelamiento de los elementos que formaban parte del ciclo del fuel. Ya se han eliminado los transformadores, se han vaciado los tanques que almacenaban el fuel y se ha desmontado el oleoducto. La empresa que realiza los trabajos ya desmontó el pasado verano la chimenea de 70 metros que había al lado de la grande. El coste de todas estas obras asciende a doce millones de euros, según afirmó la directora de la planta.

En la operación para desmontar la chimenea de 200 metros y el resto de elementos de la central que funcionaban con fuel trabajan unos 60 operarios. La previsión de Gas Natural es que la chimenea esté demolida en marzo de 2018. En ese momento dejará de formar parte del horizonte de Arteixo.