- Lleva décadas vinculado al Pasatiempo. ¿Cómo cree se ha llegado a esta situación de abandono?

-Para responder a eso hay que hacer un poco de historia, El parque estuvo abandonado hasta su rehabilitación en 1996. Coincidiendo más o menos con la crisis, dejó de recibir recursos y el mantenimiento, que nunca había sido muy bueno, pasó a ser muy malo. Y es verdad que durante los últimos siete u ocho años ha estado muy abandonado. Supongo que por falta de recursos.

- Hay un instrumento muy útil para conseguir recursos: la declaración de BIC. ¿Por qué cree tarda tanto esa distinción?

-Es una buena pregunta y no tengo respuesta. La incoación se inició en 1981, no se continuó y la solicitud caducó. Es una demanda que ha habido siempre y yo siempre he estado muy empeñado. Es verdad que durante muchos años se cuestionó el valor histórico artístico del parque y que Betanzos tiene un patrimonio muy valioso y que, en comparación, el valor del Pasatiempo pudo estar en entredicho. Yo creo que ahora sí que hay una intención firme.

-Hay voces críticas con la rehabilitación en la que participó en los 90 por los materiales y ciertas modificaciones en esculturas como la del buzo.

-Lo que se hizo fue restituir elementos fundamentales para el diseño del parque, como balaustradas, y la rehabilitación de cinco elementos singulares básicos para entender la composición artística del parque y su contenido. El único trabajo real de restauración fue el león, que se encargó a un escultor. En los otros casos se reconstruyó aquello de lo que teníamos información suficiente. Yo ni siquiera participé en lo del buzo. Soy partidario de consolidar lo existente y no hacer una recreación sobre lo que ha desaparecido porque hay que aportar y eso es arriesgado. Si esa aportación está documentada me parece una manera de proceder correcta, al margen de gustos. Lo que no puede ocurrir es que haya cambios y no queden documentados. Con todo, creo que se haya hecho nada que no sea subsanable.

- De cara al futuro, ¿qué grado de intervención propondría?

-Yo soy partidario de intervenciones conservadoras. Por ejemplo, en el caso del conjunto escultórico La sentencia de Jesús, ya no queda nada salvo una pequeña pieza y mi propuesta ya en 1996 fue que no se hiciese nada porque no era fundamental para comprender el parque, simplemente con la fotografía es suficiente. En muchas ocasiones una intervención se puede limitar a eso. A una aplicación en el móvil que te aporte la información suficiente para saber lo que había y por qué ya no está. Ahora lo importante es empezar a trabajar en intervenciones que aporten un estado más legible del parque y en garantizar su conservación. Y eso es lo que plantea el borrador del plan de gestión que hemos presentado en Patrimonio. Lo fundamental ahora son las labores de conservación, hacer lo que no se hizo correctamente durante los últimos veinte años.

- ¿Plantean el pago por visitas?

-Siempre se ha contemplado como posibilidad, pero no es una decisión fácil de tomar. El parque tendría que estar en muy buenas condiciones. El inconveniente es que necesitas personal y la ventaja es que habría más control en las visitas y que la gente valora más un espacio si tiene que pagar aunque sea un precio simbólico.