La ordenación del entorno del pazo de Meirás fue una de las actuaciones que más controversia generó en el tramo final de la redacción del plan general de Sada. Este ámbito ha sido objeto de una importante transformación si se compara la previsión que recogía el documento aprobado inicialmente en 2012 y el que recalará hoy en pleno.

El Gobierno que presidía el popular Ernesto Anido preveía dos sistemas generales de espacios libres que ocuparían en total 96.801 metros cuadrados. Pretendía desembolsar 576.084 euros en la adquisición del suelo y 193.602 euros en trabajos de urbanización. A esas cuantías habría que sumar 250.852 euros de la adquisición de la antigua vivienda del guardés del pazo de Meirás, una edificación extramuros que pretendía habilitar como centro sociocultural. En total, el parque de Meirás y el equipamiento previsto sumarían un millón de euros.

Esta previsión suscitó las críticas de la oposición en el anterior mandato. El BNG, ahora en el gobierno, echó en cara al PP que retirase la previsión de recuperar el pazo de Meirás -plasmada en el documento de inicio elaborado por el bipartito- y en su lugar "agasajase" a los herederos del dictador con "un jardín" a las puertas de su residencia, con el pago de 250.000 euros por la antigua casa del guardés y librándoles de los gastos de mantener unos terrenos abandonados.

El cambio de gobierno trajo consigo importantes cambios en las previsiones del documento. El actual Ejecutivo (Sadamaioría, PSOE y BNG) modificó la superficie del sistema general, que quedó considerablemente mermada. El PGOM que elevó a pleno en 2016 para su aprobación provisional preveía una superficie de 24.320 metros cuadrados y unos costes totales, entre la adquisición del suelo y su urbanización, de 194.560 euros. El Gobierno local mantuvo finalmente la previsión de expropiar la casa extramuros de los Franco por 250.000 euros.

La previsión fue objeto de nuevos cambios tras devolver la Xunta el PGOM al Concello para exigir correcciones. Aunque el Gobierno gallego no hacía alusión a la ordenación de Meirás, este ámbito centró la controversia. El BNG exigió que se retirase la previsión de adquirir la antigua casa del guardés al entender que suponía un "repago por un expolio" y también se opuso a la previsión del sistema general. Finalmente, los grupos llegaron al acuerdo de renunciar a expropiar la edificación extramuros y reducir la zona verde prevista a 18.893 metros cuadrados. El coste final será de 151.144 euros, la séptima parte de lo planteado en 2012.