Es difícil recordar la última vez que llovió de verdad en la ciudad y esta meteorología anómala ya tiene reflejo en los embalses. En el de Cecebre, que abastece al área metropolitana de A Coruña, el último dato, del pasado 12 de junio, muestra un volumen de agua embalsado de 18,99 hectómetros cúbicos, lo que supone que la presa tiene una ocupación del 92,13%. Puede parecer un buen porcentaje, pero es el más bajo en los últimos seis años. Solo en junio de 2011 se registró un nivel de ocupación más bajo, un 89,7%.

El embalse de Cecebre mantiene un buen nivel de ocupación, a pesar de esta falta de precipitaciones, porque la empresa que la gestiona, Emalcsa, este año ha soltado agua "menos veces" que en otros ejercicios, según confirmaron ayer portavoces de la entidad. Cuando se alcanza un máximo de agua embalsada se abren las compuertas, siempre sin sobrepasar tampoco el máximo que se les permite para no producir inundaciones a lo largo del cauce. La empresa siempre intenta mantener un nivel de ocupación que esté alrededor del 90%.

Este año 2017 sin embargo han abierto las compuertas del embalse de Cecebre menos veces de lo normal, según apuntaron desde Emalcsa. La empresa subraya que por ahora en la comarca de A Coruña "no hay peligro" de sequía ni de cortes de agua o restricciones como ha sucedido en otros lugares, y aún "no está sobre la mesa" declarar la prealerta.

Desde la entidad municipal coruñesa señalan que hay que esperar a ver cómo viene este verano para tomar decisiones. El problema vendría si julio y agosto vienen tan cálidos como han sido estos últimos meses. También los embalses de uso industrial, como el de Meicende, están de nuevo en niveles mínimos de agua.