- ¿De qué está más orgulloso en su labor como alcalde?

-Del apoyo de los vecinos estos treinta y tres años.

- Son treinta y cuatro, ¿no?

-Sí, ya no me acuerdo. Joé... Entré con 28 años, iba a hacer 29. Y Tino [Celestino Poza] entró conmigo con 24 años.

- ¿Qué hizo mal?

-Me equivoqué muchas veces en fiarme, por ejemplo, la rehabilitación de las naves de la Cros. Teníamos aprobado un proyecto de ocho millones por Álvarez Cascos. Conseguí que Diputación y Xunta invirtieran tres. Entró Pepe Blanco y no me liberó el dinero; lo repartió para otros. Pese a que aquí, el día que se puso la primera piedra de la rotonda de la AC-14, prometió que liberaría ocho millones y lo incumplió. Fue mi mayor decepción.

- ¿La da por perdida?

-No. Bueno, ya no voy a estar pero creo que el Ayuntamiento no debe. Por conversaciones en Madrid en aquella época, todos consideraban que era su proyecto ideal, que eso había que rehabilitarlo. Fraga me dijo lo mismo, que en Galicia nos hemos dedicado a destruir patrimonio histórico de fábricas.

- ¿Su relación con Fraga?

-Muy bien. Fue el mejor presidente para mí de Galicia porque sabía valorar perfectamente a los cargos electos. Ante un alcalde era muy raro que tardara una semana en recibirte y tratar de atenderte, si podía. Y si no, te mandaba una carta. Siempre. Escrupulosamente.

- ¿Y qué no hizo?

-En saneamiento, abastecimiento, colegios... hicimos todo lo que podíamos hacer. En agua, para completar el servicio y que no hubiera problemas en 100 años, hacer el depósito de A Zapateira, que se hará si se aprueba el plan general.

- ¿De qué se arrepiente?

-De no haber sido capaz de solucionar todos los problemas que planteaban los vecinos y de convencer a los vecinos de Castelo de hacer depósitos de agua en el Xalo. Por que no hubiera enfrentamiento con parte de ellos, no se hizo.

- Dice que tuvo apoyo vecinal.

-Sí, no puedo decir otra cosa. Yo puse el saneamiento por 950 fincas gracias a que me dejaron poner las tuberías sin expropiar. Me pasé muchas noches negociando con ellos, muchas.

- ¿Le apoyaron por su talante?

-Sí, yo he sido muy condescendiente y negociador con los vecinos. Me he sentado muchísimas veces a convencerlos en temas que yo creía que eran buenos para el ayuntamiento y para ellos. Yo he vivido para el ayuntamiento.

- Y a última hora se metió a secretario provincial.

-Bueno, fue un compromiso... Yo conseguí que se hablaran Besteiro y Caamaño. Y a cambio tuve que presentarme a secretario porque Caamaño quería dimitir y me lo pidieron los dos. Caamaño dijo que cesaba si yo me presentaba y Besteiro aceptó. Eso fue en el hotel Crunia [Fonteculler]. Y asumí el compromiso a pesar de que a mí el tema organizativo nunca me ha gustado.

- ¿Ganará un PSOE liderado por Rioboo las municipales?

-Yo creo que el nuevo alcalde intentar seguir un poco la línea que hemos seguido en el partido: escuchar a la gente y tratar de resolver esos problemas. No hay otro secreto. Si te alejas de los vecinos, los vecinos se van a alejar de ti cuando se vote. Si vives sus problemas diariamente no vas a tener problema. Los vecinos confían en quien es próximo y no dudo de que lo va a hacer.

- ¿Tiene un estilo parecido?

-Sí. Quizá a Rioboo le gusta más la calle, el contacto, en eso no tiene problema. Es menos partidario de los papeles. Es una característica que todo el mundo conoce. Yo alterno las dos cosas. Por semana, despacho, y los fines de semana, calle.

- ¿Eso le puede restar rigor?

-No, no. Él va a delegar mucho más en los concejales y jefes de servicio. Que por otra parte está bien.

- Dicen que usted es minucioso y lo controlaba todo.

-Sí. Yo es que me leo todos los proyectos. Tengo ese defecto (Ríe). Sé lo que cuesta un metro de tubería, un grifo... En eso soy meticuloso, me gusta saber de qué hablo. Cuando hablo no es de memoria.

- ¿Rioboo no sabe tan bien de qué habla?

-Se va a apoyar más en los jefes de servicio y concejales, yo creo.

- Sobre estar en la calle, este mandato estuvo muy expuesto.

-Sí, fue a muchos sitios, reuniones, entregar muchos trofeos (ríe)... Yo preparaba más las comisiones informativas... Es normal; la gente se tiene que baquetear un poco.

- ¿Desde cuándo estaba acordado que iba a ser él?

-No había acuerdo, podía ser cualquier otro. Lo que sí, hombre, había una tendencia. Y como no ha habido desacuerdo en el grupo municipal y el partido, salvo alguno, algún comentario en Facebook, pero nadie del núcleo duro.

- ¿Por qué le perdonó todo, críticas y hasta denuncias? ¿Por dos años de mayoría absoluta?

-Las diferencias que podíamos tener en un momento determinado eran mínimas. La intención siempre fue que iban a regresar al partido. Siempre. Si vamos mirando, todos, o la familia o ellos, eran próximos al PSOE. Hubo un poco de precipitación en marcharse del partido.

- ¿Se sabía que iban a volver?

-Por la relación familiar, se sabía que iban a volver. Tardarían más o menos. No estaba hablado pero yo estaba convencido. El PSOE es un partido de masas. Cualquier persona que quiera entrar, entra. Tuvimos a Verstrynge (ríe). A mí me generó problemas familiares. La política es el arte de lo posible. No se puede cerrar ninguna puerta. Ocurren muchas cosas y circunstancias.

- Se dijo que le chantajeó.

-Fue por el beneficio de hacer unión y volver a lo que era natural. Chantaje, a mí nadie me chantajeó, desde luego. Lo único, me amenazaron dos personas: una con un cuchillo por suspender su hijo unas oposiciones a conserje y otro con una pistola, un expolicía, por cerrarle un puticlub. Hace muchos años.

- ¿Ahora sabrá desconectar?

-Yo voy a estar al tanto, evidentemente. No se borra de un día para otro. Pero yo cuando me marcho de los sitios me marcho con todas las consecuencias.

- ¿Habría seguido de alcalde de no agotarse a nivel provincial?

-No. Hace tiempo que lo teníamos previsto tanto en la familia como con compañeros. Mi idea ya era no presentarme a las últimas. Tuvo que ser porque no había candidato.

- ¿Rioboo no quiso?

-No, todos quisieron que fuera yo. Ya dije que eran las últimas.

- ¿Qué le minó de la provincial? ¿Se vio solo, traicionado?

-Me vi bastante solo en algunas ocasiones. Me habían hecho la cama. Esas cosas no me gustan. Me deprimen. Yo no actúo de esa manera. A la vuelta de primarias hicieron un planteamiento sin decirme nada.

- ¿Quién?

-Muchas personas que tenían cierto poder tenían que haber respetado un poco al secretario provincial y no se respetó mucho.

- En el Concello estuvo imputado y la Policía entró a coger expedientes. ¿Cuándo lo pasó peor?

-Con los 22 expedientes. La policía tiene obligación de guardar secreto profesional y que se utilice el acceso no me gusta.

- En cuanto le nombraron secretario provincial, su mujer fue detenida por presunta estafa.

-Al poco se cerró. Ella no tuvo nada que ver, era administradora.