La rueda de prensa para presentar el estudio de la fusión que acogió ayer la Diputación recordó a muchos a la celebrada hace cinco años en la misma sala para anunciar el fin del proceso. El acto sentó de nuevo a la mesa al alcalde, Pablo González Cacheiro, y al por entonces presidente provincial, Diego Calvo (ahora vicepresidente del Parlamento). Hubo ausencias destacadas, como la de Julián Lucas, exalcalde de Cesuras. La presentación del informe dio pie a hacer balance y limar asperezas, aunque también dejó al descubierto las discrepancias sobre los procesos de fusión en el seno del PP. El jefe territorial de la Xunta, Ovidio Rodeiro, abrió el acto agradeciendo la "valentía" de los alcaldes y el "impulso" de Diputación y Xunta. El responsable autonómico no apeló a posibles fusiones forzosas de ayuntamientos y se limitó a defender que la unión del concello y las asociaciones intermunicipales "son el camino". Diego Calvo defendió que el tiempo les había dado la razón al rechazar todos los recursos. "Hicimos una apuesta y salió bien", incidió al tiempo que invitó a otros municipios a "plantearse este camino". El alcalde admitió el desgaste. lamentó las críticas, que achacó a intereses políticos y, consultado a la salida del acto, abogó por las fusiones coercitivas. En lo que todos coinciden es en que Oza-Cesuras es una "isla" que solo defiende el PP.