La semana pasada se cumplieron tres años de la creación de la reserva marina de Lira, la primera zona protegida de Galicia de interés pesquero. Ahora está en marcha la de Cedeira, que ya ha sido aprobada, se preparan dos más y otros proyectos "se han estancado". El director xeral de Ordenación dos Recursos Mariños, José Molares, apuesta por crear más áreas con restricciones a la pesca pero "sin precipitarse".

-¿Qué balance hace la Consellería do Mar de la reserva marina de Lira en estos tres años?

-Es positivo. Quedan muchas cosas por hacer, y quizás todo va un poco lento, pero las reservas necesitan un tiempo para dar resultados. En menos de cinco años es difícil ver datos llamativos. La actividad se ordenó mejor, se hizo un censo de flota -que inicialmente era muy grande e irreal y se está depurando- y hay algún recurso que ya se nota algo, pero realmente lo que se aprecia es que se ha reducido el furtivismo y la información que tenemos es mucho más real.

-Hay informes que muestran que estas zonas protegidas proporcionan un 10% de las capturas de las áreas colindantes. ¿Es un beneficio suficiente para el sacrificio que hace el sector?

-Como filosofía, las reservas marinas tienen muchos beneficiarios, no sólo los pescadores. Hay muchos otros actores. Evidentemente los más importantes son los ligados a la pesca y el marisqueo pero toda la sociedad puede beneficiarse de una reserva marina. ¿Que el aumento de biomasa en una tan pequeña como la de Lira no compensa el gasto económico? Sí, es probable que lleguemos a ese resultado, pero es que hay mucho más detrás de una reserva al margen de los recursos: hay imagen, turismo, el interés social por la conservación..., algo que no se puede valorar económicamente ni en kilos pero sí hay que tenerlo en cuenta a la hora de proponer una reserva.

-¿En qué situación está la segunda reserva de interés pesquero de Galicia, la de Cedeira?

-Avanzando poco a poco. Todavía no tiene un plan de explotación, se está elaborando el plan integral con las mismas ideas que las de Lira, aunque con medidas técnicas diferentes porque son pesquerías distintas. Estamos trabajando para sacar este año el plan integral.

-Decía antes que se ha reducido el furtivismo en Lira. ¿Hay muchas infracciones en estas zonas protegidas?

-Claro que las hay pero se está vigilando mucho más y se ve el resultado, sobre todo en que el recurso llega a talla comercial y hay abundancia suficiente.

-Sin este control no tendría mucho sentido la creación de una reserva marina.

-La verdad es que no. Es una pena que no podamos ahorrarnos todo el dinero que se gasta en vigilancia pero la realidad es que una reserva marina sin vigilancia no es viable.

-En la etapa de la Xunta bipartita había proyectos para crear áreas protegidas en A Coruña, Sada, Aguiño, Muros, Camelle o Celeiro. ¿Cómo están estos proyectos? ¿Cuáles se encuentran más avanzados?

-Hay dos que siguen su curso. La de Muros se está discutiendo con las cofradías vecinas para dirigir la propuesta con un plan de explotación. A diferencia de como se hacía antes, que se creaba la reserva y después se hacía el plan de gestión integral, ahora tiene que ir una cosa ligada a la otra. No vamos a crear nuevas reservas si no hay un plan de explotación que acompañe la propuesta y si no cuenta con el apoyo de los pescadores que faenan en la zona. Este es el proceso que siguen tanto la de Muros como la de Camelle, por el camino de elaborar el plan de gestión integral y el beneplácito de la mayor parte de las cofradías.

-¿Y las otras? ¿Están paralizadas?

-La de Aguiño tuvo un parón, llegó a un punto muerto. La de Celeiro no avanzó mucho porque es de gran tamaño, con parte en aguas nacionales, no autonómicas.

-¿Es más difícil crearlas si afectan a aguas estatales?

-Es lógico, porque son dos administraciones y el número de pescadores que acceden a la zona son de un montón de cofradías; es más difícil ponerlos de acuerdo. Estas van a llevar más tiempo, será más complicado crearlas.

-La directora del Cetmar, Paloma Rueda, dijo que el problema de las reservas marinas es que pueden crear dificultades a los pescadores al limitarse la pesca. ¿Está de acuerdo?

-Inicialmente sí ocurre. Lo que pasa es que aquí hay una apuesta de futuro y, de entrada, hay que recuperar unas poblaciones, crear áreas de acceso restringido. Muchas veces los afectados rechazan que de hoy para mañana tengan menos posibilidades de pesca. Pero de cara al futuro no, se pretende que haya una riqueza más grande y una actividad más estable. No siempre es fácil convencerlos de que hay que pensar a 5 o 10 años, porque es un sacrificio y a mucha gente no le gusta la idea.

-¿Pero la Xunta apuesta por seguir creando reservas si cuentan con el apoyo del sector?

-Este es un movimiento internacional, no una idea nuestra. Es una apuesta muy importante pero hay que hacerla con mucha calma y sentido común. No se pueden imponer ni generar un montón de áreas de golpe porque no hay dinero para la vigilancia y asegurarse de que se consiguen los objetivos propuestos. Hay que hacerlo de forma gradual y meditada pero no sabemos cuál puede ser el número máximo de reservas ni los plazos. Queremos que las que ya existen demuestren que son efectivas, que logren los objetivos y, si no los logran, tratar de resolver los problemas para que lo hagan. Las nuevas iniciativas, siguiendo todos los pasos y con el apoyo del sector, las apoyaremos.

-En Galicia menos del 1% del área marina está protegida. El bipartito se fijaba como objetivo proteger el 10% de la superficie y tener una reserva por ría aunque no ponía plazos. ¿Lo ve posible?

-Claramente este no es nuestro objetivo. Nuestra costa está intensamente explotada, no hay un metro cuadrado de superficie que no tenga usuarios, por lo que este tipo de planteamientos se van a encontrar con la oposición del sector. Para no hacer propuestas irreales e imposibles de cumplir, no ponemos porcentajes de superficie ni plazos. Si no hay un lucro no hay actividad pesquera y nosotros tenemos que defender tanto a los pescadores como al recurso, las dos cosas.

-Para mejorar la reproducción de las especies se suelen instalar arrecifes artificiales en las reservas marinas. ¿Son necesarios en Galicia?

-El ecosistema gallego es en si mismo un arrecife. Estas estructuras son necesarias en zonas donde hay extensiones inmensas sin piedra o arrecifes que permitan la retención de animales o la protección de ciertos peces. La costa gallega no tiene esas extensiones, es todo un laberinto con rocas, con espacios de arena muy reducidos, por lo que aquí ese tipo de estructuras generalmente no son necesarias. Si en algún caso apareciese una necesidad puntual de colocar algo, sobre todo de protección más que de ecosistemas en general, se haría, pero no es uno de los planteamientos a tener en Galicia.

-Los arrecifes de protección sirven para casos como el arrastre en zonas prohibidas. ¿Se necesitan en algún punto de Galicia?

-En zonas interiores no hay arrastre. Si hubiese zonas protegidas en aguas exteriores entonces habría que pensar en esa posibilidad, pero no es el caso de momento.