La Consellería de Medio Rural e do Mar anunció ayer que prorroga el convenio que permite mantener los servicios de vigilancia y control de las reservas marinas de Os Miñarzos, en Lira (Carnota), y Ría de Cedeira. El departamento que dirige Rosa Quintana, sin embargo, no especificó por cuánto tiempo se prorroga el acuerdo y explicó que en el plazo de 15 días se reunirá con las cofradías afectadas para definir un nuevo sistema de seguimiento y control de las dos áreas protegidas gallegas, ambas en aguas coruñesas.

Precisamente, ayer finalizaba el convenio por el que, con cargo a los Fondos Europeos de Pesca (FEP), la Secretaría General de Pesca y la Xunta, la empresa Tragsa presta los servicios de vigilancia en las dos reservas de interés pesquero.

El encuentro entre representantes de la Consellería do Mar y los pósitos de Lira y Cedeira tiene como objetivo tratar de discernir sobre la conveniencia o no de una "mancomunización de servicios y redistribución de efectivos", lo que, tanto en Lira como en Cedeira, es entendido por los marineros y mariscadores afectados como un "más que probable recorte de los presupuestos y, con él, la reducción del personal que la compañía Tragsa destina a ese servicio de control".

Temores del sector

Si esta disminución de efectivos se produjese, aseguran los profesionales del sector, las reservas de Lira y Cedeira "tendrían los días contados porque ya hay barcos cerqueros preparados para entrar en las reservas como si esta condición no existiera".

La mayoría de los afectados cree que el nuevo convenio establecerá una reducción de las cantidades destinadas tanto a vigilancia como a investigación en ambas zonas protegidas de las costas gallegas.

Mientras, las cofradías de Cedeira y Lira permanecen a la expectativa de esa futura reunión y temen que se produzcan recortes o incluso el cese del servicio de vigilancia, lo que sería "dar carpetazo" a unas iniciativas que el sector pesquero local promovió de acuerdo con el Ejecutivo gallego para preservar de la pesca unas zonas concretas para favorecer el buen estado de los recursos marinos y permitir la recuperación de algunos que se encontraban en una difícil situación biológica, como es el caso del bogavante en aguas de Lira.