Parecía que el conflicto entre la flota gallega de cerco y la Administración central por el reparto de los cupos de xarda -o caballa- para este año había llegado a su fin, pero lo cierto es que la flota todavía tiene cuerda para rato. Los armadores afectados celebraron ayer una asamblea urgente en Portosín para analizar el escrito remitido al sector el pasado lunes por la Secretaría General de Pesca, en el que el departamento capitaneado por Carlos Domínguez reclama a los armadores que decidan qué tipo de gestión prefiere cada uno, cuando lo cierto es que la mayoría de los armadores ya pactaron la pasada semana un reparto lineal de la caballa, siempre y cuando todas las embarcaciones estén en una misma opción de reparto. "Esto es una tomadura de pelo", critica el sector, que ha decidido retomar el amarre iniciado a finales del pasado mes de enero como protesta contra el Gobierno central.

La mayoría de la flota gallega de cerco -los armadores de 107 de los 150 buques censados en Galicia- pactó el pasado viernes en asamblea en Portosín reclamar a Pesca un reparto de los cupos de xarda por buques, mediante un reparto lineal que asigne un número de kilos por cada tripulante embarcado. Eso sí, con condiciones: "La asamblea acata la propuesta de reparto de la Secretaría General siempre y cuando todas las embarcaciones del censo de pesca del cerco de Galicia estén en una misma opción de reparto y esta se remita de forma exclusiva al reparto de 2014", rezaba el acta de la reunión.

La sorpresa para el sector llegó el pasado lunes, cuando los armadores recibieron un comunicado de la Secretaría en la que el departamento de Domínguez -conocedor de las reclamaciones del cerco- no recogía su principal exigencia: el reparto lineal. "Dice que nos organicemos como cada uno quiera, o de forma individual, o por asociación, o por cofradías, o por provincias... Y esto nos parece ya una tomadura de pelo", critica la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga). "No tienen en cuenta nuestra exigencia, así que ya ni entramos a valorar el escrito que nos mandaron, que no debería ni existir", añade.

Ante esta situación, los 112 armadores reunidos ayer en Portosín pactaron volver a paralizar su actividad y comenzar un amarre indefinido hasta que el Ministerio de Agricultura les tome "en serio" y cumpla con sus exigencias, después de que el sector aceptase el "injusto" reparto planteado por la Secretaría por comunidades, que da a Galicia apenas el 25% de las posibilidades de pesca de caballa.

Pero el sector va más allá y, como ocurrió el pasado mes de febrero, prevé retomar las movilizaciones que supusieron pitadas en los puertos, protestas a pie de calle y hasta una manifestación frente al edificio de la Xunta en San Caetano. "Tomaremos todas las medidas oportunas, tanto jurídicas como de manifestación, para que no se carguen nuestro sector", concluyen los armadores, que enviarán hoy sus quejas a Madrid.