El sector cerquero de la provincia de A Coruña está intranquilo.

En esta situación inciden los intereses encontrados, que provocan divisiones y pequeños reinos de Taifas que hay quien define como "talibanes". Estos son los que, definitivamente, harán que un hombre bregado en las cofradías de pescadores y entre sus compañeros armadores de cerco como es Gerardo Vázquez Bazarra, renuncie nuevamente al cargo electo de patrón mayor del pósito de Portosín. Y digo "nuevamente", porque Bazarra ya sabe lo que es dirigir una cofradía y sabe lo que es renunciar al cargo de patrón mayor porque lo suyo no es "ser marioneta de nadie, sino patrón mayor del pósito".

Ahora, la cofradía queda descabezada. El vicepatrón primero de la entidad se hará cargo provisionalmente de la misma y será necesaria una nueva convocatoria electoral dada la igualdad en la que quedan armadores y trabajadores socios de la cofradía debido a que tiene que existir una mayoría cualificada de una de las partes. Quien acceda al cargo de patrón mayor deja vacante su puesto en el cabildo y en la junta general y hay que cubrir el mismo, consecuentemente.

La renuncia no ha sido presentada oficialmente, pero tanto en la Consellería do Mar como en el pósito de Portosín se da por formalizada la renuncia de Vázquez Bazarra. Este no habla, pero actúa. Y se va, como vino: con la cabeza alta. Algo que no todos sus compañeros de viaje en el pósito local no parecen poder hacer. Y es que el cerco no sabe o no quiere hallar una salida válida a su problemática. Demasiados enfrentamientos, demasiados intereses personales y una división que se extiende a la mismísima Acerga, la entidad que nació con afán aglutinador y que, fuentes del sector, informan pasa por sus peores momentos porque muchos de sus socios se niegan a pagar las cuotas.

Así no se puede hablar de un sector unido, ni mucho menos de un sector que puede hacer frente a situaciones tan complicadas como las actuales. Trabajo para el presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pescadores de A Coruña y del propio presidente de la Federación Galega, porque el sector cerquero es fundamental para el sostenimiento del entramado gallego de pósitos de pescadores.

Se repite la historia: aquel que intenta hacer frente a los problemas del cerco en Galicia y, particularmente, en la provincia de A Coruña, acaba por ser engullido por los "talibanes" del sector, acostumbrados como están a hacer aquello que más les conviene a ellos y no a la mayoría del sector.

Al final, más posibilidades de que quien manda, ordene.

Y a obedecer, a toque de corneta.

Así les va.