Las costas de Galicia y, en especial las de las Rías Baixas y el norte de Portugal, son de las pocas zonas en España en las que aún nadan las marsopas, extinguidas del Mediterráneo desde la década de 1790. Son las primas pequeñas de ballenas y delfines; menores en tamaño y más robustas pero que en muchos lugares del mundo sufren la seria amenaza de desaparecer.

La marsopa ( Phocoena phocoena) o toniña (en gallego) es la especie de cetáceo más pequeña de todo el Hemisferio Norte y también la más amenazada, aunque sus aletas aún pueden verse al navegar no muy lejos del litoral gallego. No se acercan a las rías, según aseguran los expertos, porque en algunas ocasiones son atacadas por los delfines.

Un estudio por mar y aire determinará este mes cuántas son y cuál es la situación de las marsopas que nadan en Galicia. La Coordinadora para o Estudo dos Mamíferos Mariños (Cemma) -una organización gallega- zarpará en unos días con la primera campaña de muestreo que se realiza sobre este tipo de cetáceos en España, después de lograr financiación. El proyecto Phocoeval cuenta con el apoyo del Ministerio de Agricultura a través de la Fundación Biodiversidad, que aportó 33.000 euros en ayudas.

Este ambicioso proyecto servirá para determinar la población marsopa que hay en nuestras costas, así como su estado de conservación. Desde hace años, la Cemma reclama que la toniña sea revisada, con el objetivo de elevar su protección a la categoría de especie en peligro de extinción.

Los organizadores del estudio clasifican las campañas en dos tipos. Primero habrá un recorrido marítimo a bordo de un velero de 15 metros de eslora, que recorrerá toda la costa gallega desde A Guarda hasta Ribadeo, navegando desde la línea de costa incluso a 25 millas. Esta parte de la campaña se realizará a lo largo de este mes y tendrá una duración total de 18 días, aunque probablemente los expertos vayan a puerto cada tres jornadas.

El proyecto incluye además una segunda actuación aérea. Los investigadores realizarán el muestreo desde un avión, que recorrerá también toda la costa gallega. Esta parte del estudio se realizará en un sólo día de vuelo, según avanzó el responsable de la campaña José Antonio Martínez Cedeira, también presidente de la Cemma.

La tripulación del barco estará compuesta por ocho personas: dos patrones, encargados de la navegación y de la seguridad a bordo, el equipo técnico integrado por tres biólogos -con experiencia en muestreo de cetáceos y campañas marítimas oceánicas-, que serán los encargados de dirigir y coordinar a un equipo de voluntarios. El muestreo se realizará con buenas condiciones del estado del mar, por lo que las fechas todavía no son fijas, pues requieren una observación de la superficie (a simple vista y con prismáticos), pero también mediante acústica a través de escuchas y grabaciones con un hidrófono de arrastre.

Los resultados de ambas campañas tratarán de aportar información sobre la presencia de la especie en Galicia y, sobre todo, de establecer un valor de densidad y abundancia que justifique el cambio de categoría de protección. "Las estimaciones de los últimos años son muy desalentadoras y posiblemente la población gallega no supere los 300 ejemplares, nutriéndose de la población que vive habitualmente entre las costas galaico- portuguesas", explica la ONG. El aislamiento de esta población, que la hace peculiar, también es motivo de preocupación pues limita su expansión y diversidad genética.

Los expertos recogerán también información de los avistamientos de cetáceos durante el muestreo. La zona de estudio es bien conocida por la presencia de especies de mamíferos marinos como el rorcual, delfín común, calderón común, ballena alibranca y ballena común.