El marinero gallego que resultó herido grave el pasado sábado en un accidente en el océano Índico debía regresar a casa de la que confiaba que fuese su última marea, el pasado jueves. El mecánico, que se quemó durante la explosión de la caldera del buque mientras estaba de guardia, tenía previsto jubilarse cuando finalizase la campaña. El regreso estaba fijado para el pasado jueves pero la naviera acaba de vender el barco en el que trabajaba (el atunero Campolibre Alai) y el armador pidió a la tripulación que prolongasen la estancia un mes más para adiestrar en el manejo del buque a la nueva tripulación. Así lo explican Lucía Dasilva y Teodoro López, esposa e hijo de José López Méndez, que ayer aguardaban en su vivienda de O Pereiro, en Poio, noticias sobre el regreso del marinero.

Dasilva pudo hablar ayer con los responsables de la naviera, que le explicaron que su marido permanece sedado, tras haberle retirado la piel afectada por el incendio en el que se vio envuelto tras una explosión en la caldera del buque. Los médicos del hospital de Victoria (en las islas Seychelles), donde se encuentra, prevén despertarlo durante la jornada de hoy, siempre que evolucione favorablemente.