El volumen de marisco procedente de zonas C -no apto para el consumo directo- depurado en las bateas de la Xunta aumentó un 27,7% en 2015 en relación con el ejercicio anterior. Estos viveros flotantes recibieron un total de 117.345 kilos durante el año pasado, frente a los 91.889 de 2014. Se trata de una mejoría relativa, ya que la cantidad de producto instalado todavía es un 35% inferior a la de 2012, año en el que se implantó este sistema de depuración del molusco y en el que las bateas recibieron 181.734 kilos de producto, una cifra que no había dejado de caer hasta 2015.

Las instalaciones de Ferrol concentraron el 90% del marisco depurado, con 105.473 kilos, y las de Aldán (Pontevedra) solo recibieron 11.872. Mientras Ferrol registró un aumento del 25%, el marisco saneado en Aldán aumentó un 59%. Fuentes de la Consellería do Mar explicaron que el repunte de Ferrol se debe a que los mariscadores trabajaron de forma "estable" durante 2015, por lo que extrajeron "más producto". El notable repunte de las bateas de Aldán se debe a la incorporación de dos nuevas cofradías, Vilalba y Arcade, "aunque el paso a zona B de las áreas en las que trabajaban llevó a que esas instalaciones no depurasen marisco en toda la segunda mitad de 2015", según indicaron fuentes de Mar.

La Xunta puso en marcha estos viveros de depuración a comienzos de 2012 tras anunciar la supresión de las ayudas a la regeneración de los bancos marisqueros en las rías gallegas con el objetivo de permitir al sector comercializar el producto contaminado de las zonas C. Aunque el Gobierno gallego defiende que el sistema funciona de forma correcta y es positivo para el sector marisquero, una parte importante de los trabajadores contradice esta versión y denuncia que las bateas de reinstalación les provocan "importantes pérdidas económicas" por la elevada mortandad del marisco y los bajos precios que alcanza en lonja. "Cada vez que nos llega de vuelta una partida de almeja perdemos unos 1.000 euros, lo que supone una parte importante del porcentaje de facturación que se lleva la cofradía", censura el patrón mayor de Barallobre, Carlos Rey.

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El Gobierno gallego compensa a los pósitos cuando la mortandad en los lotes supera el 10% y alega que un porcentaje menor de producto muerto es "normal" en este tipo de procesos. Aunque, para Rey, "un 8% o 9% ya es mucho". El patrón mayor de Barallobre añade, entre otros problemas, que los bajos precios del producto en el mercado "agravan" las pérdidas económicas. "El sistema no sirve, lo mires por donde lo mires", sentencia.

Su homólogo de la cofradía de Corcubión, José Domínguez, defiende la misma postura. "El comprador que se encuentra en la lonja con marisco depurado lo ve con recelo", indica el patrón mayor, pero precisa que la mortandad del marisco "es normal" cuando se produce un traslado. Domínguez cree que la única solución a este problema es limpiar las rías. "Nunca estuve en contra del sistema, pero tenía que ser una solución temporal mientras no se saneaban las rías. No puede ser algo permanente", critica. Además, asegura que las bateas de reinstalación ocasionan unos gastos "desorbitados" tanto a la Administración como a los mariscadores y afirma que sanear las zonas de marisqueo sería "mucho más barato". "Y es algo que se puede hacer fácilmente con dinero europeo", añade.

El patrón de Barallobre coincide: "Las zonas C tienen que desaparecer, no podemos seguir así". Para Rey, la Xunta solo "se quita de encima" un problema. "Lo que nos quieren decir es que limpiemos ahí nuestro producto y los dejemos tranquilos", concluye.