Portugal importó 27.000 toneladas de sardina en 2015. El producto español -la mayoría pescado en las costas gallegas- acaparó el 98% del valor de las adquisiciones en fresco del país luso en este periodo, que supusieron un gasto de 34,8 millones de euros. España también dominó el mercado de sardina congelada al representar el 69,9% del importe de las compras portuguesas al exterior. Son los datos revelados por el informe Estatísticas da Pesca 2015, publicado esta misma semana por el Instituto Nacional de Estatística (INE) de Portugal.

"La sardina tiene un tirón importante en Portugal, sobre todo en junio, cuando se celebran el San Antonio y el San Juan, época en la que se logran unos precios altísimos tanto en las lonjas gallegas como en las portuguesas", explica el presidente de la Asociación de Frigoríficos de Pesca Extractiva (Afripex), Manuel Casal.

La flota de cerco del Cantábrico acaba de duplicar los topes semanales de esta especie -de 3.000 a 6.000 kilos- precisamente en previsión de esa subida de precios, que pueden llegar a alcanzar los 20 euros por kilo.

Casal, no obstante, se muestra sorprendido por el alto porcentaje de sardina española en las importaciones portuguesas de congelados, ya que la flota gallega apenas tiene suficiente para abastecer la demanda en fresco. "Guardamos pescado de septiembre del año pasado para venderlo en este San Juan", relata el también responsable de la coruñesa Frigorífica Botana, por lo que solo se explica esta cifra debido al producto "para conserva" procedente del Mediterráneo y el País Vasco.

"Se trata de una sardina distinta, más pequeña y que no funciona tan bien en fresco", indica Casal, que asegura que Marruecos es ahora el principal competidor de España, una percepción que se ajusta a los datos del Gobierno portugués. "Los marroquíes se han profesionalizado mucho en los últimos años, hicimos pruebas a ciegas con su pescado y casi no pudimos notar la diferencia con el nuestro", asevera.

El estudio del INE de Portugal revela además que los controles a la pesca de esta especie, sujeta a un plan de gestión conjunto entre ambos países para recuperar las poblaciones, dispararon los precios y las compras al exterior durante los últimos años. Las importaciones de este pescado en Portugal aumentaron a un ritmo del 11% anual desde 2010, hasta el punto de que ya doblan en cantidad a las descargas de la flota. Mientras, el precio medio de 2015 en las lonjas lusas, 2,19 euros, fue el más alto de los últimos 20 años.

La importancia de la flota española para el mercado pesquero portugués no acaba en la sardina, ya que España es el principal proveedor de productos pesqueros de Portugal, tanto en fresco (51% del valor) como en congelado (38%). Se trata de una relación comercial de ida y vuelta, ya que España también es el primer destino de muchas de las exportaciones del país luso, como el pescado fresco (77,9%), el congelado (64%) y los moluscos (80%). Ambos países poseen un déficit comercial de productos pesqueros que aumenta cada año, una situación extrapolable al conjunto de la Unión Europea, que en 2015 registró el peor dato de la historia en este sentido: 17.800 millones.