Imputado y posteriormente absuelto por la Audiencia Provincial de A Coruña (sentencia ratificada por el Tribunal Supremo) en el caso Prestige, José Luis López-Sors, ex director general de la Marina Mercante, accederá el próximo día 14 de febrero -fiesta de los enamorados- a la Real Academia del Mar en calidad de académico de número.

Atrás quedan catorce duros y largos años desde aquel 13 de noviembre de 2002 cuando, en el ejercicio de su cargo, López-Sors decidió -junto con aquellos que le asesoraban- ordenar el alejamiento del litoral gallego del petrolero Prestige con el objeto, cabe suponer, de que se hundiese cuanto más lejos de la costa, mejor.

Señalado públicamente como uno de los culpables de aquel trágico suceso contra el que miles de gargantas gritaron al unísono "¡Nunca Máis!", al ex director general de la Marina Mercante le llega ahora ese reconocimiento por parte de una entidad nacida en el seno del Clúster Marítimo Español -a su vez respaldado por un nutrido grupo de empresas y entidades que van desde la patronal pesquera Cepesca a los sindicatos CCOO y UGT-. Un clúster creado para "mejorar la oferta formativa del sector marítimo y las capacidades del personal laboral asociado a las empresas del sector". Un clúster cuyos máximos directivos han participado recientemente en la primera reunión del Consejo Nacional de Seguridad Marítima que trató, entre otras cuestiones, de la colaboración público-privada en seguridad marítima y en la que, además, se analizaron temas "de vital importancia" -afirma el clúster- no solo para la defensa sino para la seguridad dentro del sector marítimo en su conjunto.

Desconozco el procedimiento utilizado para la designación de López-Sors como académico de número de la Real Academia del Mar, pero me imagino que muchos de aquellos que han sufrido las consecuencias de una decisión como la suya de alejar, cuanto más mejor, el Prestige se preguntarán si éste ha sido un mérito valorado adecuadamente por los que han auspiciado tal designación.

Para más inri, López-Sors, en su discurso de entrada en la Real Academia del Mar, hará referencia a los accidentes marítimos: "La Costa de la Muerte. Siniestros marítimos e incidencias en las mejoras de la navegación".

Doy por sentado que no será una lección magistral en torno a cómo se debe gestionar un incidente marítimo para convertir este en un accidente y que no habrá extraído conclusiones favorables a aquella su decisión de alejar el buque para destacar que tal cuestión ha sido decisiva para mejorar la navegación en la zona de A Costa da Morte.

Para nota. Seguro.