La escasez de pulpo a la que se enfrenta la flota gallega obliga a muchos de los pescadores a cambiar de especie para subsistir, ya que el incremento de los precios del cefalópodo "no compensa" el descenso de las capturas de la actual campaña. "No es factible salir a capturar pulpo porque hay muy poco", asegura el patrón mayor de la Confraría de Pescadores de A Coruña, Felipe Canosa, que indica que en su caso, desde que comenzó la campaña, no estrenó las nasas.

Las descargas del cefalópodo en la lonja gallega descendieron un 49% desde el inicio de la temporada -el 3 de julio, tras mes y medio de veda- hasta el 21 de agosto, según los datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. El centro de primera venta de A Coruña apenas superó las 22 toneladas subastadas por 133.835 euros frente a las casi 38 por 212.404 euros de mismo periodo del año pasado. "Los pescadores cambian de especie y van a la nécora. A un barco le compensa menos salir a pescar 50 kilos de pulpo y venderlo a 11 euros por kilo que capturar 120 kilos y comercializarlo a 7 euros", ejemplifica Canosa en referencia al incremento del precio medio del 33%, hasta los 8 euros por kilo.

La situación de los marineros del pósito coruñés es extrapolable al conjunto gallego, donde se vendieron 264 toneladas desde el inicio de la veda (un 42,6% menos que en 2016) por 2,11 millones de euros (frente a los 2,77 del año pasado). En Aldán (Pontevedra), tan solo una de las ocho embarcaciones que pueden capturar pulpo salió a faenar la semana pasada debido a la escasez del producto. El sector asegura desconocer a qué se debe este descenso en la especie y baraja una veda más prolongada o un control mayor como solución.

La disminución de las capturas afecta a los vendedores de pulpo, que tienen que invertir más dinero para adquirir el producto de la costa gallega o bien recurrir al que procede de otros caladeros. "Compramos lo máximo que podemos en todas las lonjas y teníamos alguno en almacén, pero este año está complicado", explica el gerente de Gallego Pereira, Javier Gallego. La firma de Camariñas tiene la certificación de Galicia Calidade y vende pulpo congelado que compra fresco en los centros de primera venta del litoral gallego. "Compramos en Camariñas, Corcubión, Porto do Son, Bueu, Cangas, A Guarda... Está muchísimo más caro, subió sobre 3 o 4 euros por kilo respecto al año pasado", lamenta Gallego. La gerente de Frigoríficos Rosa de los Vientos (Marín), Mercedes González, explica que en su caso se vieron obligados a trabajar con cefalópodo de caladeros africanos porque entre tres lonjas no conseguían juntar ni siquiera 200 kilos.