El Servizo de Gardacostas de Galicia, dependiente de la Consellería do Mar, intervino de forma cautelar 100 toneladas de productos pesqueros halladas en un establecimiento de Sardiñeiro (Fisterra) en el que realizaron un control junto con la Policía Autonómica y técnicos de inspección sanitaria de salud pública de la Consellería de Sanidade. Los agentes encontraron diferentes especies de pescado y marisco (principalmente, pulpo) tanto congeladas como frescas que no cumplían con los parámetros legales, por lo que procedieron a precintar la mercancía.

Según la Consellería do Mar, los productos carecían de documentación que acreditase su procedencia, algunos no tenían la talla reglamentaria de extracción y comercialización y, al igual que las instalaciones donde se almacenaban, no cumplían con las medidas de higiene, mantenimiento y manipulación exigidas. Los inspectores constataron que el establecimiento está autorizado a guardar pescado y marisco congelado pero no a comprarlo y venderlo fresco, a pesar de lo cual se ejercía esta actividad. El propietario del local se opuso a que los agentes examinasen el establecimiento y, según la Xunta, los insultó.

Los inspectores encontraron cuatro cámaras frigoríficas sin numeración ni identificación que contenían parte de la mercancía intervenida en unas condiciones que no cumplían con los requisitos mínimos de salubridad, etiquetado y trazabilidad. La distribución de los productos en estos espacios dificultó que se determinase la cantidad de cada especie que había almacenada, pero la Xunta estima que eran alrededor de 100 toneladas en total.

Una de las cámaras se usaba como túnel de congelación y en su interior había unos 700 kilos de pulpo. Los agentes también encontraron esta especie, que se comercializó en lo que va de campaña a una media de 8,55 euros por kilo frente a los 5,94 euros del mismo periodo del año pasado debido a su escasez (en Galicia se subastaron 733 toneladas frente a las 1.491,7 de julio al 22 de noviembre de 2016) en las otras cámaras inspeccionadas. Dos de ellas se utilizaban como almacén de distintos productos congelados como pulpo embalado y varias cajas de plástico con diferentes especies de pescado, que sumaban alrededor de 80 toneladas.

Los agentes encontraron en la cuarta cámara entre diez y doce toneladas de mercancía caducada entre la que había abadejo, congrio, jurel, vieiras y lirio embalada y sin embalar. Además, Gardacostas, la Policía y Sanidade hallaron varias bolsas de pulpo, calamares, vieiras, productos elaborados congelados y navajas. Los inspectores tomaron muestras de estas últimas para que el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño (Intectmar) las analice.

Según la Xunta, en los alrededores y los pasillos del local había 580 kilos de pulpo fresco en cajas, dos de las cuales no estaban correctamente identificadas, así como 300 kilos de la misma especie congelada. En el exterior, los agentes hallaron 40 kilos de pulpo fresco sin documentación en uno de los dos camiones que inspeccionaron.

Fuentes de la Consellería do Mar confirmaron que el operativo, enmarcado en los controles de la Xunta sobre comercialización, sigue "en marcha" y que todavía se desconoce que se hará con los productos intervenidos.