Saúl Craviotto aseguró que el oro conseguido ayer junto al gallego Cristian Toro "sabe a gloria", ya que es lo máximo a lo que se puede aspirar. "Estoy muy orgulloso del trabajo que hemos hecho, de mi compañero, que no me ha fallado nunca en los últimos meses, de mi entrenador, de mi familia y de toda la gente que nos ha apoyado. Estoy en una nube y muy feliz", confesó.

El dúo que consiguió la octava medalla española en Río de Janeiro admitió, ya con el oro al cuello, que se juntaron en noviembre pasado sin muchas aspiraciones pero que comenzaron a sentir que eran competitivos cuando alcanzaron el primer lugar en el Preolímpico de Duisburgo (Alemania) en mayo pasado. "Cuando empezamos no imaginábamos que podíamos alcanzar medalla. Después de Duisburgo y de la Copa del Mundo, ahí las cosas comenzaron a pintar bien, a oler bien, pero nunca pensamos que íbamos a ganar de esta manera", afirmó Craviotto.

Hoy, el palista de 31 años competirá en K1 200. "Ahora voy sin tanta presión, más relajado. Se compite diferente sabiendo que acabas de ganar un oro y voy a disfrutar. Estoy fuerte también en K1, pero sé que va a estar muy reñido", explicó. "Han despertado a la bestia. El año pasado fallé y me quedé fuera de la final, pero eso me hizo espabilar. A veces es bueno cometer fallos porque te hacen recapacitar, empezar de cero. Me vino muy bien porque estoy cabreado y voy a por todo", concluyó.