Agencias.MadridEl presidente del Grupo Prisa, Jesús de Polanco, fue enterrado ayer en el madrileño cementerio de La Almudena después de que numerosos intelectuales, periodistas y políticos le despidieran como un defensor de las libertades. "Fue amigo de sus colaboradores, que encontraron en él un defensor", además de un luchador por "las libertades", afirmó el sacerdote José María Martín Patino en un breve responso.Antes del entierro, la sede en Madrid de la Fundación Santillana, donde se instaló la capilla ardiente del empresario fallecido, fue visitada por numerosas personas que se acercaron a dar el último adiós a uno de los hombres más influyentes de España en las últimas décadas.Pasaron políticos como el presidente del Partido Popular, Mariano Rajoy, y el secretario de Organización del PSOE, José Blanco y científicos como el cardiólogo Valentí Fuster, que expre-saron su respeto por Polanco. Rajoy permaneció una media hora junto a la familia, después de lo cual afirmó ante la prensa: "Como presidente del Partido Popular he querido manifestar (...) nuestro pesar por la pérdida de un hombre que creó un gran grupo de comunicación desde cero".Blanco no quiso hacer declaraciones, como tampoco las hizo el ex presidente del Gobierno socialista Felipe González, que desde el sábado en la clínica y luego en la capilla ardiente, hasta ayer, en primera línea del entierro, permaneció cerca de la familia Polanco. También expresaron en persona sus condolencias el ex ministro de Defensa José Bono, el portavoz del Partido Popular en el Congreso, Eduardo Zaplana, el presidente regional de Andalucía, Manuel Chaves, y el secretario general iberoamericano, el uruguayo Enrique Iglesias.El féretro abandonó la sede de la Fundación Santillana entre aplausos de algunas decenas de personas que se habían congregado cerca de la capilla ardiente, en la calle, además de muchos de los que habían acudido a dar su apoyo a la familia.Le acompañó una caravana de automóviles en los que viajaron, entre otros, los ministros de Fomento, Magdalena Álvarez, y Cultura, César Antonio de Molina, y políticos como el representante de política exterior de la Unión Europea, Javier Solana, y el vicepresidente de la comunidad de Madrid, Ignacio González.Junto a ellos acompañaron a la familia en el cementerio el presidente del Fútbol Club Barcelona, Joan Laporta, y el de Telefónica, César Alierta, además de incontables periodistas de empresas del Grupo Prisa y muchos de los que ya visitaron la capilla ardiente.Todos ellos escucharon decir al sacerdote que Jesús de Polanco supo ser "un gran amigo de sus colaboradores" y un líder que "aun sufriendo la enfermedad quiso llevar sus empresas en persona", siempre sin perder "la cordialidad" que le caracterizaba.Jesús de Polanco murió a los 77 años en Madrid, desde donde dirigió el Grupo Prisa, la empresa de comunicación más importante de habla española, con fuerte presencia en Latinoamérica.Según informó el diario El País, la publicación emblema del grupo editorial, Polanco, nacido en Madrid el 7 de noviembre de 1929, padecía desde hace años una enfermedad de las articulaciones que se le manifestó hace unos meses y se agravó de manera definitiva en los últimos días.