La vida del compositor estadounidense John Cage cambió para siempre un 9 de septiembre de 1963, cuando se sentó frente a un piano en Nueva York para interpretar la obra Vexations, escrita setenta años antes por Erik Satie. Casi 18 horas después de comenzar el recital, relevándose con otros diez artistas, Cage no solo demostró que la obra podía realizarse, sino que era "esencial" tocarla. "He cambiado y el mundo ha cambiado", sentenció.

"Comenzó a ver el sonido de otra forma", apunta la pianista Rosa María García. La profesora, junto a 17 alumnos del Conservatorio Superior de Música y dos antiguos alumnos, se subirá al escenario del auditorio del centro para repetir la hazaña ideada por Satie. A partir de las nueve de la mañana, los veinte artistas se enfrentarán a un piano, una partitura de apenas media carilla y el desafío de repetirla 840 veces hasta las 19.15 horas. ¿Una locura? "No", responde la maestra, "un reto". Los intérpretes llevan cuatro semanas ensayando el que será el estreno en A Coruña de una pieza que requiere una preparación especial. "Está todo escrito una vez, pero después hay que intercalarlo, de modo que es preciso estar constantemente concentrado para no perderse. No es solo leer la partitura; todo está escrito para confundir aún más al artista", advierte la pianista.

La propuesta puede parecer repetitiva, aunque la profesora considera que "ese es parte del encanto". "Hay gente que habla de esta obra como un hechizo, que lleva a otro estado mental", elogia, ante un tema que difícilmente se puede tararear por sus peculiares características. La maestra reconoce que la obra es especial incluso dentro de los trabajos de Erik Satie, considerado un símbolo del minimalismo y la atonalidad.

Para divulgar la figura de este personaje tan influyente, el concierto se complementará con proyecciones, teatro y danza. Mientras los músicos se turnan cada media hora, se mostrarán imágenes de otras artes en las que Satie influyó u obtuvo inspiración. Por la pantalla del auditorio aparecerán fragmentos de cine dadaísta, seguidos por citas del autor que se repartirán en tarjetas entre los asistentes.

"Era un genio, nos costó mucho desechar frases suyas", admite García. La bailarina Carolina Blanco ofrecerá dos espectáculos, uno con luces a las 12.10 y otro de sombras a las 13.10 horas. La contemporaneidad en la música del francés se palpa en las cintas de Andy Warhol que se mostrarán mañana. El icono del pop art quedó impresionado con el recital de John Cage, rodando las películas Eat, Sleep y Empire, una serie de largometrajes experimentales a los que se suman las obras Kiss y Faces. La artista mantiene que son "el mismo concepto", películas repetitivas que llegan a alcanzar las ocho horas de duración.

Uno de los últimos en completar este desafío en solitario fue el monegasco Nicolas Horvath, que tocó durante 24 horas en su país. Repetía la misma experiencia que desarrolló en Tokio un año antes, aunque en aquella ocasión se mantuvo once horas más frente al piano. "El dolor empiezan pasadas las seis horas, la locura lo hace a las doce y el infierno pasadas las veinte horas", bromea el pianista.

A menor escala, aunque con la misma ilusión, los veinte intérpretes del Conservatorio reeditarán las sensaciones de Cage, cuando su vida y forma de entender la música cambiaron para siempre tras leer la partitura de Erik Satie. La entrada para el estreno es gratuita y libre hasta completar aforo.