Casi diecisiete años después del plan especial de 1998 y pasado un lustro desde que se diesen los primeros pasos para su elaboración ya con el Gobierno municipal anterior, la zona histórica de la ciudad tendrá un documento renovado para intentar frenar el deterioro continuado de algunas de sus zonas y, paralelamente, rebajar el número de casas vacías. Tras los cambios realizados para su aprobación final el próximo lunes, el Gobierno loca presume de un documento "más flexible" para permitir la proliferación de comercio y negocios hosteleros que, a su entender, revitalizarán el entorno.

Los trabajos comenzaron en 2009 desde la desaparecida Concejalía de Vivienda y Rehabilitación Urbana, dirigida por Mario López Rico, un área fusionada actualmente en la Concejalía de Medio Ambiente que comanda Martín Fernández Prado. Ambos arquitectos coincidieron en manifestar como uno de los principales objetivos el corregir una de las grandes taras del plan de 1998: la falta cualquier coherencia con el plan especial, aprobado por el Gobierno de Francisco de Vázquez en aquel mismo año. Solo un ejemplo: ni en los tipos de obras ni en los usos comerciales manejaban los mismos nombres.

En 2009, el Concello encargó un estudio para lograr una catalogación pormenorizada de todos los inmuebles existentes en el casco histórico, su edad, su estado de salud y su nivel de ocupación (del 22%). Es en 2010 cuando se presenta ante la Consellería de Medio Ambiente el documento de inicio de la tramitación en la Xunta en donde se marcan las metas de la actuación: "la protección del patrimonio arquitectónico y cultural"; "la recuperación del uso residencial y la actividad económica"; "la mejora de las condiciones de vida, evitando el deterioro de la zona"; y "la integración de la zona en el contexto funcional de la ciudad". La legislatura terminaba en 2011 y el Ejecutivo admitía que no estaría listo antes de su final. En mayo, solo semanas antes de los comicios, López Rico hace público el documento de diagnóstico para poner en marcha la revisión del Pepri. Sus conclusiones, desoladoras: población envejecida, deterioro en una cuarta parte de los edificios...

Tras la victoria de Negreira, el nuevo gobierno aborda el grueso del trabajo. La aprobación inicial se demoraría hasta diciembre de 2012, conociéndose el contenido del documento que marca el futuro del casco histórico, con un 65% de sus 1.771 edificios con algún tipo de protección especial por su valor patrimonial o cultural.

El texto recibió 1.500 alegaciones, casi 1.200 referidas a los inmuebles que quedan fuera de ordenación por sus alturas o algún elemento y que están siendo respondidas en estos momentos. El próximo lunes, en sesión ordinaria, el pleno debatirá el plan especial y será aprobado de forma definitiva.