El inspector jefe del Cuerpo Nacional de Policía Germán Lago, jefe de la comisaría del Distrito Norte, acaba de ser elegido nuevo responsable en Galicia del Sindicato Profesional de Policía, que agrupa a los mandos del cuerpo. Su objetivo es imprimir un nuevo rumbo a esta organización.

- ¿Comienza una nueva etapa en el sindicato?

-El SPP nació antes de que fuera legal el sindicalismo en la policía y se consolidó cuando se legalizó la representación sindical. Agrupa a los mandos porque la mayoría de los afiliados son inspectores e inspectores-jefes, aunque también hay subinspectores y comisarios, pero no policías de la escala básica. En Galicia somos 140 afiliados y yo soy el presidente provincial y regional. Nuestra idea es intentar mejorar un montón de problemas que tiene la policía, como la equiparación salarial, que pensamos que está orientado y firmado porque está publicado el acuerdo en el Boletín Oficial del Estado y hay una mesa de seguimiento, y el ministerio ha contratado además a una empresa para que haga un estudio sobre cuál es realmente la diferencia entre cuerpos policiales, ya que además de las categorías hay que tener en cuenta las funciones.

- ¿Por qué un sindicato para mandos de la policía? ¿Es diferente la perspectiva?

-Sí, porque tenemos una serie de problemas comunes con la escala básica, como la jornada laboral, que al policía le afecta en sus condiciones de trabajo personales, al igual que a un mando, pero a él también le afecta desde el punto de vista de que es el responsable de la gestión de los recursos humanos que dirige, por lo que tiene un doble problema. Lo mismo sucede con el catálogo de puestos de trabajo, en el que existe el problema de cualquier en la asignación de puestos y en el que el mando es el gestor de los recursos humanos y los medios materiales, por lo que tenemos una serie de problemas que no tienen los policías de la escala básica y que están derivados de la responsabilidad de nuestra función.

- ¿Y esa responsabilidad no afecta a la labor sindical? Los sindicatos que agrupan a trabajadores con funciones directivas suelen tener mala fama.

-Esa es una de las cosas que queremos cambiar, para lo que queremos incidir tanto en los problemas de los mandos como de toda la policía porque nos afectan como gestores y como funcionarios. Ya hemos empezado a plantear demandas, como la reforma del catálogo de puestos de trabajo, que no es flexible. Dice cuántos policías de investigación tiene que haber en una plantilla, pero si hay un repunte de robos, no permite dedicar más agentes a esa labor. Si se necesita reforzar otro servicio no se puede porque los puestos están tasados. Habría que ir a un catálogo más flexible, que se pudiera adaptar a cada plantilla y en cada una a su vez a cada incidencia. Ahora no se puede hacer porque cada puesto de trabajo tiene su complemento específico en la nómina y su horario de trabajo, por lo que si pasa a un policía de una unidad a otra se cambian, pero como no hay plazas, no se puede pagar ese complemento salarial. Y hay unidades con disponibilidad de 24 horas que no está pagada ni reconocida, mientras que hay puestos en el catálogo que en realidad no existen. Antes de fin de año se pretende modificar el catálogo, porque además tiene 244 puestos diferentes y se quiere dejar en solo 50 o 60.

- Los responsables policiales nunca reconocen que la plantilla es insuficiente.

-La plantilla estatal está cubierta en un 84% y en Galicia en un 80%. Ahora se van a convocar 2.500 plazas, pero lo que no se cuenta es que se tarda de dos y medio a tres años en que estén disponibles, así como cuántos policías se jubilan cada año. Cuando yo empecé a trabajar en 1984 éramos 84.000 policías y ahora somos 64.000.

- ¿Les afecta la posible jubilación masiva de personal que se prevé en otros cuerpos?

-Eso pasará en la Policía Local por su exigencia de adelanto de la edad de jubilación por similitud con los bomberos, pero una vez que lo tengan aprobado, detrás iremos las policías estatales y las autonómicas. A principios de los ochenta se hicieron promociones muy grandes, de 4.000 a 5.000 plazas, pero todos ellos se van a jubilar ahora en los mismos años.

- ¿Comparte la crítica de los sindicatos de la escala básica a la nueva jornada laboral ?

-Yo soy aún más crítico. Ha destrozado el sistema de trabajo de la policía al acabar con el compañero de patrulla porque establece 11 turnos de trabajo y en días alternos, de forma que los policías no están siempre con el mismo responsable ni con el mismo compañero. Es un sistema tan rígido que puede llevar a que por la mañana tengas un compañero y por la noche cuatro. Si ahora se necesita un refuerzo el fin de semana por la noche no se puede montar porque habría que tenerlo toda la semana. Y a eso hay que sumar la falta de personal en las unidades especializadas, por lo que la policía funciona como un coche al que le pusieran cuatro ruedas de diferente tamaño.

- ¿Y cómo se hace frente entonces a fenómenos como la actual ola de robos en locales?

-Pues gracias a que los policías hacen el trabajo sin pensar en otras cosas. La jornada laboral actual no permitiría que entraran barcos en el puerto ni aviones en Alvedro los fines de semana, ya que los policías de fronteras solo tienen horario de lunes a viernes, ya que el aeropuerto no abre las 24 horas. El que redactó la jornada laboral se olvidó de que hay unidades que trabajan de lunes a domingo en turnos de mañana y tarde y se cumpliera a rajatabla, no entrarían barcos ni aviones, pero los policías de fronteras se lo saltan. Y en Ferrol lo hacen para cubrir los partidos del Racing los fines de semana porque no tienen Unidad de Intervención ni de Prevención. Las comisarías locales han quedado destrozadas, porque deben tener 11 policías para las patrullas, pero el catálogo solo autoriza 10, por lo que la diferencia se cubre con horas extraordinarias.

- ¿Existen planes para modificar esta situación?

-Se está trabajando desde hace un año y medio y se han estudiado otros modelos españoles y europeos, pero hace falta una jornada laboral adaptada a nuestra peculiaridad y a cada plantilla.

- ¿También están de acuerdo con la falta de medios materiales que denuncian otros sindicatos?

-Se hizo un esfuerzo muy grande en chalecos antibalas cuando falleció una policía en Vigo, pero seguimos teniendo un déficit grande porque en policía judicial apenas tienen y los que hay están caducados. En mi comisaría hay chalecos de color blanco de 1980.