Con el paso de los años, el cuerpo de bomberos se ha posicionado como una de las instituciones más representativas de la ciudad. Muchos son en A Coruña los que encuentran encomiable su labor, que va más allá de la simple acción de apagar fuegos, ya que hoy en día son un cuerpo de intervención inmediata para cualquier situación de emergencia. El historiador coruñés José Manuel Fernández Caamaño ha querido con el libro Historia y origen del cuerpo municipal de bomberos de A Coruña, dar un repaso a los 230 años de trayectoria del cuerpo en la ciudad.

-¿Que fue lo que le motivó para investigar sobre este tema?

-Fue Manuel Arenas quien lanzó la idea de hacer un libro sobre la historia del grupo municipal de bomberos. Costó algo de trabajo y esfuerzo, pero al final creo que puedo estar contento con la obra que se ha conseguido. El cuerpo de bomberos es la institución más significativa socialmente en la ciudad. El libro habla de 230 años que suponen un antes y un después en la ciudad. La historia del cuerpo de bomberos es la historia de la sociedad coruñesa reflejada en ellos, desde entonces hasta nuestros días.

-El nacimiento del cuerpo data de 1835.

-Sí, pero se venía hablando de constituirlo desde 1788. Parte de ahí la idea de crear un cuerpo contra incendios. Su creación tuvo diversas fases a lo largo de la historia, quizá por esos sea uno de los cuerpos más representativos de la ciudad. Hoy, a consecuencia de los avances sociales, el cuerpo cubre servicios para los que sólo ellos están preparados. Los fuegos son un trabajo más de su labor social, en la que entra desde excarcelar pasajeros dentro de vehículos accidentados hasta retirar una cornisa.

-¿Hay un punto de inflexión que hace que se de el paso definitivo para constituir el cuerpo?

-Sí, esta circunstancia se da a raíz de 1834, debido a un incendio muy violento en la calle de la Franja. El gobernador civil recrimina al Ayuntamiento el no haber tratado de extinguir el fuego aún disponiendo de bomba de incendios. La respuesta que el Ayuntamiento da es que no tenían ni medios ni gente que supiese utilizar dicha bomba. Si el cuerpo no aparece antes no es por falta de voluntad, sino de medios.

-En el libro cita diversos incendios que marcaron la historia de la ciudad.

-Sí, hablo de tres tipos de incendios: los importantes, los curiosos y las intervenciones hasta la actualidad. Entre los importantes tenemos algunos como el incendio del teatro Principal, el teatro Colón, el cine Riazor, las maderas de Cervigón, o algunos más actuales como el de la discoteca Rigbabá. En el caso del teatro Colón, colaboraron en las labores de extinción las fuerzas de la Armada de los barcos del puerto, entre ellos los tripulantes del Hernán Cortés y el yate Azor.

-Pese a los avances de los últimos años, en el cuerpo municipal solo hay una bombera, Susana Pedreira. ¿A qué se puede deber esta circunstancia?

-Ella es la única porque no ha habido convocatoria de plazas desde que entró ella en el año 2005. Es posible que de haber nueva convocatoria, las plazas del cuerpo se cubran con más mujeres. Hoy están muy bien preparadas físicamente, ya no hablo de intelectualmente porque siempre lo han estado, pero quizá ahora en el aspecto físico y el intelectual se han complementado muy bien. Puede que, de abrirse convocatoria, lleguen a superar a los hombres a medio plazo.

-La preparación del cuerpo hoy en día es tan exigente que hasta participan en las llamadas Olimpiadas de Bomberos.

-Sí, las pruebas son muy complicadas y la preparación muy dura. Se preparan para las Olimpiadas subiendo las escaleras de la torre Hercón en el menor tiempo posible cargando 25 kilos de equipamiento. Son pruebas dignas de soldados de primera línea.

-¿Cuenta el cuerpo con recursos suficientes para su actividad, o la crisis también ha afectado a sus funciones?

-Indudablemente. Ahora en el Ayuntamiento son más conscientes de la necesidad de tener un cuerpo de bomberos potente. El de aquí está considerado como uno de los mejores de España. La gente de la ciudad tiene que estar muy contenta de tener este equipo.

-En tiempos en los que los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado están cada vez más cuestionados, la figura del bombero es de las más queridas.

-Los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado están muy politizados, los bomberos no. Están única y exclusivamente para el servicio de la sociedad. El cuerpo se mantiene ajeno a todo lo que pasa a su alrededor, están centrados en lo suyo, pendientes de si suena el teléfono y tienen que acudir por una emergencia de cualquier naturaleza. Los bomberos son muy queridos por la sociedad, siempre lo han sido y lo siguen siendo en la actualidad, aunque los demás estén siendo cuestionados.