La caída de una tubería de unos cinco metros de largo en la piscina del complejo polideportivo de Elviña, que se desprendió de la cubierta durante la noche cuando el recinto estaba vacío, fue a comienzos de diciembre de 2013 la señal de alarma que evidenció los deterioros que sufrían los tres pabellones de la Xunta en la ciudad: el de Elviña y los de A Sardiñeira y el Agra 1. Empleados y usuarios denunciaban entonces distintos desperfectos en las instalaciones y desde Fundación Deporte Galego se admitía además que las polideportivas, que hoy tienen 25 años de antigüedad, estaban "muy viejas". Aquel incidente destapó un enfrentamiento entre la Xunta y la gestora de los complejos, la UTE Gaia-Movex Vial, que se acusaban de incumplimientos contractuales y acabarían por dirimir cuatro conflictos en los juzgados. Cinco años después, tras algunos arreglos y con reparaciones pendientes, las partes han acordado la resolución y liquidación del contrato. Los pabellones serán sometidos a más obras necesarias a partir del próximo año, una vez que se vuelva a adjudicar su gestión.

Gaia, que continúa con la administración de los complejos en un periodo transitorio, ya se ha encargado de sustituir la cubierta y el pavimento del pabellón del Agra 1, donde también ha cambiado la deshumectadora de la piscina, actuaciones que han supuesto una rebaja del canon anual que debe abonar la empresa hasta que se produzca el relevo en la gestión. Pero son necesarias más obras, que asumirá la nueva adjudicataria, y que están definidas en un anteproyecto que la Xunta aún no ha expuesto públicamente por un periodo de un mes. La previsión autonómica es licitar la concesión a comienzos de 2019.

El pabellón de A Sardiñeira, por ejemplo, lleva cuatro años cerrado por el mal estado de su tejado, que tendrá que ser cambiado. Los vestuarios del Agra y Elviña deben pasar por reformas que los mejoren y los sistemas de aire y climatización de los tres recintos necesitan renovarse. Se demanda la ampliación del gimnasio del Agra, donde en las horas más concurridas el espacio se hace pequeño, y el aumento de aseos y arreglos en los vestuarios y en el aire acondicionado en Elviña.

Pese a estos problemas apuntados por usuarios y trabajadores de los complejos, el estado actual de los edificios es "adecuado para su normal utilización", como determina la inspección de las instalaciones realizada en julio pasado con motivo de la liquidación del contrato. Los inmuebles, los bienes y los equipamientos deberán entregarse a la nueva empresa gestora en las mismas condiciones de conservación y limpieza en que fueron recibidos.

La Xunta ha realizado otros trabajos en los complejos deportivos en los últimos dos años, actuaciones que anunció en vísperas de elecciones autonómicas a mediados de 2016 y que se llevaron a cabo mientras dirimía ante la Justicia sus diferencias con la empresa gestora. Fueron reparaciones en cubiertas y anclajes, cambios de maquinaria antigua, revisión de sistemas de seguridad y revestimiento de estructuras como pilares y columnas.

El polideportivo de A Sardiñeira tiene una piscina de natación y otra de actividades lúdicas, una sala de cicling, otra de fitness y un pabellón cubierto para la práctica de fútbol sala y baloncesto. En el complejo de Elviña, el más grande y más antiguo, hay dos piscinas, sala con máquinas de fitness, seis pistas de pádel, un pabellón cubierto y dos campos de fútbol de hierba artificial. Dos piscinas, espacio de fitness y un pabellón dan servicio en la instalación del Agra 1. Entre las tres suman unos 14.000 socios, según la Xunta, con las 800 últimas altas registradas en el mes de septiembre.

Fundación Deporte Galego y Gaia han hecho las paces tras resolver las diferencias que los enfrentaron desde hace más de cinco años y llevaron a los juzgados. La resolución de la concesión llega nueve años antes de la fecha prevista, 2027, y ahora la Xunta licitará el contrato por un periodo de entre quince y veinte años con la subrogación de los trabajadores, alrededor de un centenar. "Queremos que las instalaciones sean un referente y mejorar la satisfacción de los usuarios", avanza la secretaria xeral para o Deporte, Marta Míguez.

Cuatro causas judiciales

El dinero que una y otra parte se han demandado a raíz de los cuatro conflictos judiciales es el motivo fundamental que los ha tenido enfrentados. Según la resolución de los procedimientos judiciales la Xunta y la UTE acordaron una liquidación con fecha de 31 de diciembre de 2016 que establece que Fundación Deporte Galego debe abonar 4,21 millones de euros y la concesionaria ha de pagar 4,13 millones. En definitiva, el organismo autonómico tiene que desembolsar 82.284 euros a Gaia, aunque la empresa asumirá el pago del canon desde el ejercicio 2017 hasta que finalice su periodo transitorio de gestión.

La firma discrepa en un solo punto: los criterios seguidos para establecer las cantidades resultantes por los daños y perjuicios por inversiones no realizadas, en concreto, la sustitución de la cubierta de la piscina de Elviña, los techos de los polideportivos de A Sardiñeira, Elviña y Agra y la maquinaria de la piscina de A Sardiñeira. Gaia tiene la posibilidad de reclamar en los juzgados la indemnización que cree que le corresponde, que es superior a los 625.980 euros fijados en el acuerdo de resolución de contrato. Fuentes de la empresa afirman que esta reclamación "no es prioritaria" y que Gaia aún no ha decidido se recurrirá.

El pago del canon desde antes de 2014, el mantenimiento deficiente de las instalaciones en los últimos años, una deuda que la firma exigía a la Xunta en concepto de compensación por errores en el cálculo de abonados, y pagos pendientes por el uso que clubes y federaciones hacen de las instalaciones fueron los motivos que discutieron Fundación Deporte Galego y Gaia en los juzgados, con sentencias favorables para una y otra parte que se recurrieron. Los conflictos mantuvieron la concesión intervenida desde 2015 por estas razones.