"Una ciudad hembra de realengo" que se merece un mes de fiestas porque puede rezar, trabajar, divertirse "y muchas cosas más a la vez". Una ciudad de mujeres heroínas, como María Pita e Inés de Ben, como Juana de Vega y Emilia Pardo Bazán. Una "ciudad mistérica" con su propio fantasma, el de Lady Stanhope; "cuna del esoterista más extraño y famoso de la historia", el Doctor Papus, y con un bus, el 12-A, que te puede dejar "en algún lugar perdido del espacio tiempo". También de olor a mar, de la oscuridad del Mar Egeo y el Urquiola y de "la luz de las ciudades sumergidas" que evocaba Cunqueiro. Con mucho cariño, mucho humor y con el guantelete del infinito del universo Marvel calzado en su mano para pasmo de María Pita, el pregón de la escritora coruñesa Nieves Abarca abrió las fiestas de la ciudad. Nieves AbarcaTantas ovaciones como carcajadas. Como ella misma citó: "poca broma".
Abarca recordó su particular Lost in translation coruñés, una niña sin barrio entre muchos barrios, en aquella calle B de la Urbanización Soto, donde su familia guardó como un recuerdo durante años las sábanas que, tendidas, se mancharon cuando se hundió el Urquiola. Y animó a disfrutar de los festejos porque "un buen coruñés también se orienta en el tiempo según los grupos que vinieron en agosto al Noroeste Pop Rock". "Ver los fuegos de la batalla naval, ir al Teresa Herrera de chicos y chicas, comer empanada en el parque de Santa Margarita y, sobre todo, comprar muchos libros y muchos cómics en la Feria del Libro y en Viñetas desde O Atlántico porque son las aventuras que nos ayudan a disfrutar doble de estas fiestas que nos maravillan", enumeró.
El pregón, que dio paso al primer concierto de María Pita, el de Ketama, fue también el debut en unas fiestas de la nueva alcaldesa, Inés Rey, que proclamó que la "coruñesidad" de estar "a pie de calle", del "gozo con sentidiño", se convierte en agosto "en la sublimación de nuestra forma de ser".
