Se puso la corona de Mala Malaen sus inicios y, aunque reconoce que siempre ha sido un poco rebelde, asegura que es el corazón y no la rabia lo que la impulsa. María Rodríguez, Mala RodríguezMala en escena, tiene también aristas dulces. "Soy una persona que mira a todos lados, no estoy pendiente de lujos. Lo que me gustan son las emociones puras", dice la artista, recientemente en radios con temas como Tenamoras, de Dellafuente, o Mujer Bruja junto a Lola Índigo. Al igual que la extriunfito con el reguetón, la cantante ha sabido abrirse paso en un género tradicionalmente masculino, el rap. El suyo lo paseará hoy en un concierto en A Coruña, en la plaza de María Pita, donde encenderá la noche a partir de las 22.30 horas.

La vemos últimamente en muchas colaboraciones, ¿está en un proceso de búsqueda?

La búsqueda está siempre. La página está en blanco y, cada vez que uno hace algo, está viendo qué es lo siguiente que hará. A mí me encanta trabajar con artistas que admiro para mantenerme en forma, y la verdad es que siempre he tenido una actitud bastante abierta a colaboraciones. Si me pasan una canción y me inspira, me presto.

En proyectos recientes se ha sumado a Juan Magán, a Dellafuente... ¿Se está moviendo hacia registros más comerciales?

Es un tema amplio, porque lo comercial es lo más aceptado por el gran público. Pero no creo que ahora esté haciendo temas más comerciales, sino que el público de hoy acepta más la música que hago. Ha habido un cambio generacional. La gente ya no escucha tanto pop-rock, ahora escucha más música urbana.

Usted llegó a ella pisando fuerte, con las cosas muy claras

Sí, no he sido como una oveja que va dentro de un gran rebaño. Siempre me ha gustado saber el por qué y reflexionar. Tampoco he tenido nunca un problema a la hora de que las discográficas me hayan tenido que buscar a los productores o un asesor de imagen, porque he tenido muy claro la música que estaba buscando hacer. Y personalidad tengo...

¿Para dar y regalar?

No sé si para regalar, pero siempre me he sentido bien en mi piel.

¿No estaba descolocada al principio? Usted rapeaba cuando pocas mujeres lo hacían

Ya, pero no me he puesto a llorar porque no sonara en la radio. Mi mayor sueño no era un triunfo internacional o ser famosa. Lo que yo quería era hacer música, y gracias a Dios sigo haciéndolo. Además, el público ha crecido, y está mucho más abierto a otras propuestas. Hoy en día la música más escuchada también son discos donde se rapea.

¿El rap sigue masculinizado, o hay más apertura?

Yo lo veo superactivo y abierto. Creo que hay un cambio bastante grande. Noto una evolución en cuanto al género muy bonita y sana, con más incursión de mujeres.

Lola Índigo en el reguetón, usted en el rap... ¿Estamos ante una nueva generación de cantantes empoderadas?

Claro. Las niñas ya no son como antes. Yo creo que las mujeres al fin se han quitado muchos complejos, ya no están tan acobardadas. Ahora no se callan, ya salen a la calle y gritan: "Esto es mío". Y a mí me encanta cuando me las encuentro y me dicen que han escuchado mi música cuando eran pequeñas. Cuando yo empecé inspiré a muchas niñas a ir por otro camino y a que se sientan malas, a no ser la clásica cosa que se espera de una chica.

¿Quién le enseñó a usted?

Mi madre. Ella me ha criado sola y ha trabajado mucho para sacarme adelante. Ha sido para mí el ejemplo más grande, y me ha demostrado lo que es tener valores.

¿Tiene más salvavidas?

[Lo piensa] Yo ahora ya soy una mujer, y trato de ser un pilar para mi familia. Ya no busco dónde apoyarme, sino que intento ser ese apoyo.

¿También con la música? Muchas de sus letras son reivindicativas

Cuando he hecho letras reivindicativas es porque estoy hablando de cosas que me importan. Mi motor es ser fiel a lo que me dice mi corazón. Cuando escribo, lo que intento es escuchar lo que dice mi alma. A mí lo que me gustan son las emociones puras, las cosas grandes...

Se hace llamar La Mala

[Risas] La gente piensa que yo como corazones. E igual está bien que lo piensen, para no acabar con el mito. Pero soy una persona bastante sensible, y el que es sensible lo es para todo. Yo siento mucho, igual el amor que la rabia.

También ha dicho que siente que no encaja. ¿Qué la saca del molde?

Cuando empecé mi carrera, sentía que no encajaba en ningún arquetipo de los que ya existían dentro de la industria de la música. He visto que nunca he encajado en el patrón, pero no pasa nada.

¿No se siente ahora más arropada?

Sí, totalmente. Me siento arropada por muchos artistas que me han animado, aunque yo dijera que no sonaba en las radios y no estaba haciendo grandes giras. Ahora se siente diferente, encaja más. [Silencio prolongado] No sé, imagínate, si viviera hoy Camarón...

Y viera tanto flamenco fusión por todos los lados...

Pero eso es bueno, porque es algo muy comercial. Cuando salió Ojos de Brujo, donde había mucho mestizaje, recuerdo que fue una bomba. ¿Y por qué? Porque es nuestra marca. El flamenco, el toro, el color rojo... Eso es algo que nos identifica a los españoles.