Es oficial y no hay vuelta atrás: el cierre del pub O'Portiño, epicentro de la música y el terraceo de tarde situado en el puerto del mismo nombre, es casi inminente. El broche lo pondrá, siguiendo una de las líneas que caracterizó al local a lo largo de su historia, una gran fiesta a la altura del bagaje del establecimiento, con fecha y temática aún por concretar.

El popular local del final del paseo marítimo se ha convertido, a lo largo de sus 17 años de historia, en uno de los establecimientos más peculiares de la ciudad, debido a factores como sus vistas privilegiadas y lo diverso de su clientela. "La vida tiene etapas, y esta etapa está lo suficientemente exprimida", zanja su propietaria, Concha Rivas, como el principal motivo que se esconde tras su decisión de cerrar.

Rivas ha manejado el local a lo largo de sus casi dos décadas de vida, en los que el pub O'Portiño se ha convertido, para muchos, en el lugar idóneo para ver atardecer entre caña y caña, momento en el que la mayoría aprovechaba para sacar sus teléfonos móviles e inmortalizar una puesta de sol que, de seguro, se repetiría al día siguiente. Para muchos otros, adeptos fieles a sus platos del mar, es un buen sitio para comer al mediodía. Para otro sector, quizá el más numeroso, es el perfecto escenario de fiesta y copas. Todos caben en el, sin embargo, reducido espacio de la terraza de O'Portiño.

Ver Galería

No pocos fueron los que, este año y muchos otros, escogieron el local para terminar, bien entrado el día siguiente, los festejos de la noche de San Juan.

Concha Rivas, ante el final de esta etapa, se siente satisfecha de su gestión. "No nos hemos vendido a nadie, hemos mantenido nuestra esencia alternativa, me parece un buen cierre", apunta la gerente. Durante 17 años capeó lo árido de los inviernos en la zona, ya que siempre compensaba lo fructífero de cada verano, pero, ante la inminencia del frío que vendrá, Rivas prefiere decir adiós. "Ahora empieza el invierno, que en O'Portiño es muy complicado. No me apetece meterme en otro invierno. Esta me parece una buena fecha para dejarlo", expone.

Concha Rivas no olvida, sin embargo, lo complicado de los inicios a la hora de sacar adelante un local situado en una zona algo deprimida y apartada, pero el balance final, en palabras de su todavía propietaria, es bueno. "Creo que hemos cumplido lo que nos propusimos".

Tras el anuncio del cierre, los perfiles en las redes sociales del local se llenaron rápidamente de muestras de asombro y tristeza por parte de sus fieles asiduos. Entre ellas, no faltaron las numerosas manifestaciones de agradecimiento hacia la propietaria, a quien reconocen su entrega y achacan parte del encanto que caracteriza el establecimiento.

"Los lugares especiales los hacen las personas diferentes, con carisma y corazón", escribió una usuaria. Otros hablan de "pillarlo entre todos" de hacerse efectivo el cierre. Por lo pronto, Concha Rivas tiene clara su decisión. "Nunca sabes por dónde te llevará la vida. Ahora, a ver qué se hace".