Dos obreros se precipitaron ayer desde una altura de casi 20 metros, al venirse abajo el andamio en el que trabajaban, en un edificio del barrio de Novo Mesoiro. Uno de ellos, Roberto Carlos Trigo Lema, de 42 años, murió unas tres horas después del suceso a consecuencia de la gravedad de las lesiones que se produjo en la caída. El otro, Rodrigo Trigo Mourelle, de 33 años, permanecía anoche ingresado en el Complejo Hospitalario de A Coruña con traumatismo craneoencefálico y diversos golpes y contusiones con pronóstico grave, según fuentes sanitarias.

El accidente se produjo a las 14.30 horas. Los operarios, que eran familiares y vecinos de Carballo, se habían encaramado a dos torres monomástil situadas en un lateral del inmueble del número 14 de la avenida Novo Mesoiro que estaban instalando en vertical para servir de soporte a las estructuras horizontales del andamio. De acuerdo con fuentes de la empresa responsable de la instalación, Remifer, los anclajes de una de las torres podrían no estar bien fijados y se soltaron, lo que provocó la caída de las piezas al suelo y, al perder el equilibrio, también la de los obreros. En ese momento estaban a la altura de la quinta planta del edificio y al caer quedaron atrapados entre los metales desarmados del andamio. La Policía Nacional investiga las causas del accidente. Remifer, situada en el polígono carballés de Bértoa, tiene toda la documentación en regla, según el Concello.

El estruendo causado por los golpes de la estructura en la acera fue tan grande que al instante salieron a la calle decenas de personas desde varios negocios que estaban abiertos y numerosos vecinos se asomaron a las ventanas de sus viviendas. Los más cercanos, una veintena, se apresuraron al lugar del accidente para comprobar si había heridos y llamaron a las unidades sanitarias y cuerpos de seguridad. A los pocos minutos había cuatro unidades de Bomberos con un total de trece efectivos, patrullas de la Policía Local y la Policía Nacional y dos ambulancias medicalizadas. El tráfico quedó parcialmente cortado en la avenida principal del barrio durante una hora.

"Un obrero estaba consciente, el otro no, y respiraba con dificultad. Los dos sangraban y tenían cortes en los brazos y la cabeza. A uno lo movimos para quitarle hierros de encima y taparle heridas abiertas y al otro, que estaba peor, no lo tocamos", cuenta José Caveiro, que acudió al lugar del accidente desde un bar cercano. "Aún me tiemblan las piernas", reconocía media hora después del suceso Alberto, que abandonó su negocio de alimentación para socorrer a los heridos. "Ayudamos a un chico que tenía un brazo hinchado y un corte alrededor de la cabeza", dijo.

Debido al riesgo de que se desplomase la guía del andamio que quedaba en pie sobre el operativo y los heridos, se evacuó de urgencia a un trabajador a zona segura donde se hallaba la ambulancia medicalizada del 061. Al otro trabajador le liberaron las piernas del andamiaje y se procedió a su evacuación en otra ambulancia.

Ambos habían perdido sus cascos protectores al caer a la acera. Una unidad tuvo que hacer reparaciones en las tuberías del gas del edificio, dañadas por el impacto del andamio al caer. La canalizaciones afectaron a 36 viviendas, informaron desde el Ayuntamiento, pero no se produjeron fugas.

El andamio que se desplomó se había empezado a colocar hacía pocos días en el lateral del edificio, según vecinos de Novo Mesoiro. Apuntan que todas las fachadas se están rehabilitando para mejorar las condiciones energéticas del inmueble y que en uno de los lados ya se habían hecho trabajos en las semanas anteriores. Ayer los obreros habían retomado su actividad al mediodía y habían almorzado en uno de los restaurantes de la avenida antes de subirse al andamio.

La asociación de vecinos de Novo Mesoiro emitió ayer una nota de condolencia por el fallecimiento de uno de los obreros, deseó la recuperación del otro y reclamó que se aclaren las causas del accidente laboral.