La Policía Local impuso desde el mes de enero hasta comienzos de septiembre, 270 multas en la zona de los bares de copas del Orzán. La mayoría, según consta en los datos municipales, por exceso de ruido, que perturba el descanso de los vecinos. En la lista, la siguiente razón por la que fueron sancionados más vecinos y usuarios de las plazas y calles del Orzán fue por miccionar en la vía pública; una veintena de actas se abrieron por el consumo de drogas y, en menor medida, fueron sancionados los locales de ocio por incumplimiento del horario de apertura o por mantener la terraza puesta fuera de las horas marcadas, según explicaron fuentes municipales.

En 2018, por ejemplo, el Concello impuso una multa de 100.000 euros a un pub por duplicar los decibelios permitidos en una vivienda, ya que una dotación de la Policía Local midió 48 decibelios en el primer piso de un edificio, cuando solo están autorizados 25 decibelios en un dormitorio. En la Junta de Gobierno en la que se aprobó imponer esta sanción, el Ejecutivo municipal, entonces encabezado por Marea Atlántica, aprobó personarse en los recursos presentados por las empresas propietarias de dos establecimientos contra una multa de 50.000 euros impuesta a una de ellas, y contra la de 100.000 euros y cierre del local nueve meses, tramitada contra la otra.

Esta semana, la Junta de Gobierno local también dio el visto bueno a la imposición de un multa de 50.000 euros a la responsable de un pub de la calle Socorro por superar los límites de ruido con el volumen de la música. Los locales deben contar con un limitador que corte el sonido cuando este alcanza los 80 decibelios, pero, en este caso, según consta en el expediente, el sonógrafo estaba estropeado.

Este es un argumento en el que suelen coincidir todas las empresas a las que la Policía Local hace inspecciones por exceso de ruido.

Durante esta semana, la alcaldesa, Inés Rey, intentó mediar entre los hosteleros de la zona del Orzán y los vecinos, que denuncian que no pueden descansar, por el ruido que hay en la calle durante las noches. Esta mediación, sin embargo, no fue posible, ya que los vecinos acusaban a la Policía Local de no intervenir cuando la llamaban. Los locales de hostelería, durante la reunión, que se cerró sin acuerdo, se mostraron abiertos a buscar medidas que ayudasen a desalojar las plazas y las calles cuando ellos echasen el cierre, una de las cosas que molestan a los vecinos, ya que las pandillas se quedan fumando y hablando en la vía pública. Deben hacerlo ya sin bebidas procedentes de los locales de hostelería, puesto que no está permitido que las consuman fuera, una vez que se levanta la terraza.

Los hosteleros defendieron en la reunión que, si no cumplen con la ley y las ordenanzas vigentes, la Policía Local les multa e, incluso, pueden hasta perder el permiso de apertura.