Los funcionarios de Instrucción 5, que estuvieron en funciones de guardia la semana pasada, se quejan de que vivieron una situación incómoda durante su servicio. Al atender a varios detenidos de habla no española, se percataron de que dos de ellos se rascaban mucho, aunque no le dieron mayor importancia. No lo hicieron hasta que llegó la intérprete, que les explicó que ambos tenían sarna, ya que ella los había asistido el día anterior, en las diligencias abiertas por la Policía.

Los funcionarios lamentan que nadie les hubiese dicho antes que los detenidos estaban enfermos y que esa dolencia es contagiosa, ya que creen que se pudieron poner en peligro sin saberlo, toda vez que ellos son los encargados de leerles sus derechos a los detenidos en una pequeña sala, así como de darles documentos para firmar.

Fuentes del Tribunal Superior de Galicia explicaron a este diario que los agentes que condujeron a los detenidos a la sede judicial no conocían su situación médica, por lo que no pudieron alertar a los funcionarios para que tomasen medidas encaminadas a prevenir contagios.

Fuentes judiciales comentaron también que se puso en marcha el protocolo establecido para estos casos, de modo que se avisó al servicio de limpieza y a recursos humanos, para evitar la contaminación y el posible contagio, ya que la sarna es una dolencia que se transmite por contacto.

Desde el Tribunal Superior indicaron también que, en ningún caso, los funcionarios tienen que tocar a los detenidos, que eso es función de los policías, que ya llevan guantes. Los funcionarios lamentan que nadie les proporcione información en estos casos. Los detenidos fueron puestos en libertad tras el trámite judicial.