La Torre Costa Rica, conocida también como edificio Hercón, y las torres de Os Rosales son los primeros inmuebles de más de 14 alturas examinados por los bomberos para conocer las medidas de detección y protección contra incendios de que disponen. Este servicio municipal calcula que son 84 los edificios de la ciudad que cuentan con esa altura, a la que no llega el brazo articulado empleado normalmente para sofocar los fuegos en viviendas, por lo que intenta que las comunidades de propietarios le faciliten el acceso para revisarlos, para lo cual deben solicitarlo a través del teléfono 080.

Los bomberos intentan elaborar un fichero con las características de estos edificios en cuanto al número de plantas, actividades en cada una de ellas, ascensores, accesos, salas de calderas, instalaciones eléctricas y de gas, equipos de detección y extinción del fuego, además de los posibles riesgos y lugar de ubicación de los vehículos de emergencias. Otro de los aspectos que revisarán será la posibilidad de desplegar las mangueras por el hueco de las escaleras o si debe hacerse a lo largo de las mismas, ya que supone un mayor trabajo.

"Por suerte casi nunca pasa nada en los edificios de gran altura, pero cuando pasa para nosotros es muy complicado", explica Víctor Sánchez, sargento de los bomberos, quien detalla que "el tiempo que se tarda en llegar al fuego es importante", ya que los equipos de extinción no pueden hacer uso del ascensor.

Intervención en altura

Para algunos cuerpos de bomberos, un edificio alto es el que tiene diez pisos, mientras que en otras ciudades se define por los que a algunas de las plantas no se puede acceder con los vehículos para intervenciones en altura. El servicio municipal coruñés se plantea inicialmente revisar este grupo de edificios y si los resultados son satisfactorios, ampliarían el estudio a otros de menor altura e incluso los aparcamientos subterráneos, ya que se trata de recintos en los que su actuación es complicada.

Sánchez explica que muchos de los inmuebles de A Coruña de más de 14 plantas fueron construidos hace bastantes años, por lo que no cuentan con las medidas de seguridad contra los incendios que se exigen hoy en día, como el mantenimiento adecuado de las columnas secas, las tuberías mediante las que los bomberos distribuyen por cada planta el agua dedicada a la extinción, ya que su mal estado les obliga a utilizar muchas más mangueras y retarda la extinción.

Otra exigencia actual son los ascensores de emergencias, que Sánchez califica de "muy importantes" y que considera que en la mayoría de los edificios altos no existen o no funcionan como tales, ya que deben tener autonomía de una hora, un sistema eléctrico independiente y ser manejables solo desde el interior. Tampoco es habitual la disponibilidad de escaleras especialmente protegidas que sirvan para la evacuación de personas, lo que resulta peligroso en caso de que los vecinos salgan de sus viviendas en un incendio.

Una vez examinadas las características de los edificios más altos de la ciudad, los bomberos propondrán a los vecinos que residen en ellos la realización de charlas informativas sobre la actuación en caso de incendio, ya que muchos salen a las escaleras o suben a la terraza de los inmuebles cuando se produce un suceso de este tipo, cuando este comportamiento les pone en riesgo de resultar afectados por el humo.