La nueva jueza a la que se le ha asignado el caso de la Primitiva millonaria sin dueño ha llamado a declarar a siete directivos de Loterías, en calidad de investigados, para que expliquen sus versiones sobre el boleto premiado el 30 de junio de 2012 con 4,72 millones de euros y que el lotero de San Agustín declaró haberse encontrado en su administración.

Las declaraciones se harán por videoconferencia el jueves 12 de marzo, casi dos meses después de la fecha que se marcó inicialmente. El retraso se debe al cambio del juzgado que investiga el caso, que pasó de Instrucción número 7 al número 8.

Los investigados son José Miguel Martínez Martínez que, en 2012, era presidente de Loterías y Apuestas del Estado, aunque ahora ya no figura en el organigrama. Lo mismo ocurre con Juan Antonio Gallardo López, que en el momento en el que tocó el boleto era director de negocio de la Sociedad Española de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), pero ya no ostenta el cargo.

También declararán Joaquín Argudo Carreño, entonces jefe del servicio de control de premios e invendidos y que, actualmente, figura en el departamento de Lotería Nacional, y José Manuel Ortiz del Pozo, que hace ocho años era director de producción de sistemas técnicos de Loterías del Estado. Ahora ocupa el puesto de subdirector de operaciones.

La jueza también ha llamado a declarar a José Miguel Sanz Carnero, jefe de sección de Loterías; Juan Antonio López Martínez, que ocupa el puesto de subdirector de comercialización de juegos; y otro directivo de Loterías, Luis Ramos Ávila.

En total, siete declaraciones que se sumarán a las ya realizadas por el lotero de San Agustín, Manuel Eugenio Reija, que aseguró haber encontrado la Primitiva en su administración, según sus palabras, en la parte exterior del cristal, junto al pasamonedas y "en unas condiciones impecables", y su hermano, Miguel Reija, delegado de Loterías en la provincia de A Coruña. Ambos explicaron su versión de los hechos a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 7 el pasado noviembre.

El resguardo del boleto premiado pertenecía a un cliente que había efectuado una apuesta automática en la administración que se encuentra en el centro comercial Carrefour de Alfonso Molina y que intentó cobrarla en San Agustín, con otros cuatro boletos, pero no pudo hacerlo. En su declaración, el Lotero reconoció ante la juez que si hubiese tenido la intención de quedarse con el dinero de la Primitiva, se habría ido "a Canarias", y que se encontró el boleto. Según el informe policial, los registros de la máquina de comprobación revelan que, en 16 segundos, pasó las cuatro apuestas que le entregó el cliente, una de ellas premiada con 4,72 millones de euros. Las investigaciones sobre el caso realizadas por el Cuerpo Nacional de Policía apuntan a que, presuntamente, Loterías habría encubierto al lotero y a su hermano para que pudiesen cobrar el premio.