Inquietud entre los hosteleros coruñeses tras el anuncio, por parte de la Xunta, de la puesta en marcha de serie de ayudas destinadas al sector, que deberá cerrar sus negocios durante al menos un mes. El sentir general entre los empresarios del gremio manifiesta una demanda común: no se puede esperar más.

El anuncio de que las ayudas no saldrán publicadas en el DOG hasta finales de este mes disparó todas las alarmas en el sector. "Necesitamos esas ayudas ya, no nos valen en dos meses porque ya estamos arruinados. Tenemos que seguir pagando todo", urge Adrián Montes, presidente de la Asociación de Hosteleros de la calle San Juan. "Da igual si son ayudas de la Xunta o de otra institución. Los Presco todavía no están llegando", asegura. Un apremio generalizado entre los integrantes del gremio, que temen que muchos de ellos no puedan levantar la persiana tras este mes de parón si las subvenciones se demoran.

Para algunos, lo primordial es que se les consulte a la hora de diseñar las subvenciones, y demandan que, como mínimo, la Xunta se siente con ellos. "Bienvenidas sean todas las ayudas, pero nos preocupa el horizonte temporal en el que nos moveríamos. Hemos hecho algunas simulaciones, pero es muy complicado porque solo tenemos suposiciones. La Xunta debe llamar a los hosteleros de forma urgente para estudiar cómo se deben plantear", apostilla Héctor Cañete, presidente de la Asociación Provincial de Hosteleros de A Coruña.

"Desde que se publican, la gente se apunta, se tramitan y se pagan, sabemos de sobra que pasarán meses. El peligro es que esas ayudas se necesitan ya y son de todo menos rápidas", alerta Antón Sáez, presidente de Asociación de Hosteleros de La Marina. Para Sáez, al problema de las demoras se une otra coyuntura, en este caso, respecto a las cuantías anunciadas, de hasta 5.500 euros en el caso de los establecimientos de la comarca que se han visto afectados por el cerrojazo, en función de criterios como el número de empleados del que disponga cada local y el tiempo que lleven cerrados.

"Creemos que son insuficientes. A los negocios pequeños igual sí les llegan, pero en locales como los de La Marina, donde el precio medio de los alquileres ronda los 4.000 euros, no tienes ni para empezar", asevera Antón Sáez.

Mientras, los propietarios de los negocios de hostelería de la ciudad se organizan a contrarreloj para los próximos 30 días, que serán decisivos para la mayoría y tras los que es posible que algunos no podrán volver a abrir. Aunque la alternativa de la entrega a domicilio o el servicio a recoger supone un respiro para algunos de ellos, para otros es una opción inviable. "Nosotros pensábamos hacer el esfuerzo de preparar comida para llevar y a domicilio, pero después de analizar los números, vimos que es muy complicado que llegue, así que decidimos cerrar. Si solo es un mes, cuento con que podamos reabrir. Muchos no podrán", asegura Xabier Barral, uno de los hosteleros del Orzán.

Con todas estas demandas, el gremio prepara, para los próximos días, una serie de concentraciones a niveles local, autonómico e incluso estatal, con el fin de mostrar unidad en el sector. Con todo, pese a que el común de los reclamos coincide, en la concentración convocada para el sábado a las 12.30 en María Pita, el discurso incluirá ciertos matices respecto a las consignas de la manifestación que congregó a los hosteleros en la misma plaza el pasado lunes.

"A la manifestación del lunes se sumó mucha gente y vimos cosas que no sentaron bien. Lo que no se puede hacer es pedir la flexibilización de los ERTE. Yo tengo empleados que vienen conmigo a la manifestación y no quiero que se diga en su cara que se les quiere echar gratis", denuncia Adrián Montes, que anima a los empresarios y trabajadores del sector a sumarse a la convocatoria del sábado.

Desde la Asociación Provincial de Hosteleros trabajan con sus homólogas de otras provincias para diseñar su calendario de protestas, en el que ya han sido fijadas algunas fechas. "Hemos acordado que el próximo 12 de noviembre a las 11.00 habrá una presentación ante las delegaciones del Gobierno de todas las provincias, para solicitar la aplicación del plan de apoyo al sector hostelero con 8.500 millones de euros en aportaciones directas", confirma Cañete, que anima a los hosteleros de ayuntamientos más pequeños a hacer lo propio en sus respectivas casas consistoriales, al no ser posibles los desplazamientos debido a los cierres perimetrales que afectan a las ciudades.