La gestión económica de la Universidade da Coruña se ve seriamente afectada por las actuaciones que ha debido llevar a cabo desde el inicio de la pandemia para mantener la actividad docente y que continúa desarrollando por la persistencia de los contagios, ya que obligaron a la institución académica a afrontar cuantiosos gastos cuyo importe global supera los tres millones de euros. Así lo informó el rector, Julio Abalde, a los equipos directivos de los diferentes centros docentes en las visitas realizadas los mismos en los últimos días, en las que también detalló que los recursos extraordinarios que recibirá el rectorado de la Xunta y el Ministerio de Universidades apenas llegan para cubrir el gasto efectuado.

Abalde comentó a los responsables de los centros que el "rigor" será la premisa con la que se trabajará en el terreno económico en la Universidade, de forma que las inversiones se limitarán a actuaciones "estructurales" y se establecerá como prioridad el mantenimiento de la plantilla universitaria y las ayudas a los estudiantes.

Ambas cuestiones son un referente del equipo rectoral, que en las elecciones celebradas hace casi un año, en las que Abalde consiguió renovar su mandato para otros cuatro años, exhibió entre sus logros la continuidad del número de empleados de la Universidade y el aumento de las becas y las ayudas a los alumnos.

Como muestra de la importancia de los gastos extraordinarios que ha debido acometer la institución a causa del Covid-19, el rector mencionó que el incremento del servicio de limpieza en las instalaciones universitarias ha incrementado su coste en 800.000 euros. Otro campo en el que la Universidade se ha visto forzada a realizar un esfuerzo inversor es el informático, ya que tuvo que adaptar sus infraestructuras para hacer posible la docencia a través de internet.

Sobre esta cuestión, el rector destacó que esa modalidad de enseñanza está "relativamente avanzada" en la Universidade coruñesa y que incluso en algunas facetas es "pionera" en el sistema universitario gallego. También puso de relieve que las actuaciones que han debido realizarse serán aprovechadas para incrementar el desarrollo tecnológico de los campus. La Universidade inició además este curso con unas medidas para hacer frente a la pandemia que incluyen asesoría en teleformación, cursos para los docentes y la puesta en marcha de un nuevo campus virtual.

La complejidad de la situación económica llevó además al equipo rectoral a renunciar a elaborar un nuevo presupuesto para este año y a prorrogar el del anterior, mientras que el vigente plan de financiación de las universidades gallegas, que debería haberse renovado con vistas a los próximos años, también se verá prorrogado durante 20121. Abalde informó a los directivos de los centros que la negociación que debe desarrollarse el próximo año entre los tres rectores y la Xunta para establecer el nuevo mecanismo de financiación no se plantea inicialmente con expectativas de que se puedan conseguir más recursos ante el delicado estado del país.

Otro factor que complica las finanzas universitarias es la caída de los ingresos que se obtenían regularmente de empresas e instituciones a consecuencia de la afección de la pandemia a la actividad económica.

La respuesta de los responsables de los centros a la situación expuesta por el rector se materializó en propuestas como la de cerrar los centros en vacaciones para reducir los gastos corrientes, iniciativa sobre la que Abalde explicó que ya fue analizada por su equipo y que se descartó porque durante los meses en los que no hay actividad lectiva sí la hay de gestión económica y académica que impiden llevar a cabo el cierre. Los directivos también expresaron en los encuentros con el rector el esfuerzo desarrollado desde el inicio de la pandemia para ofrecer las clases a través de internet, aunque muchos de ellos advirtieron que la docencia presencial es una prioridad para ellos.