Albada, la concesionaria de la planta de tratamiento de residuos urbanos de Nostián, abre un nuevo frente judicial con el Concello por su negativa a que la unión temporal de empresas Atlántica, la nueva gestora del suministro y mantenimiento de los contenedores, utilice su alcantarillado para el vertido de las aguas residuales que genere con su actividad. El recinto en el que se encuentra Albada alberga también la nave donde opera Atlántica -formada por las empresas Valoriza, Sulo Ibérica y Arias Infraestructuras-, que hasta la firma del nuevo contrato del servicio de los contenedores era utilizada por la anterior concesionaria, Otto, integrada en el grupo Urbaser, al que también pertenece Albada.

El vínculo entre las dos concesionarias hacía posible que compartieran el suministro de electricidad y agua, así como el servicio de alcantarillado. Al incorporarse al servicio, Atlántica desvinculó los dos primeros suministros, pero solicitó al Concello poder utilizar la red de aguas residuales de Albada, a lo que esta compañía se negó.

Fuentes municipales explican que la gestora de la planta de residuos justificó su rechazo con el argumento de que debe hacer análisis periódicos de las aguas residuales para garantizar que cumplen los parámetros que fija la legislación y así poder mantener la autorización ambiental que le permite mantener la actividad de la planta. Un vertido de Atlántica que se encontrase fuera de esos parámetros podría afectar seriamente a Albada, según señaló, aunque el Concello le planteó que tomara las muestras en la conducción en un punto situado por encima de la nave de la concesionaria de los contenedores, que se halla en la zona inferior del recinto.

Albada también rechazó esa posibilidad, así como la alternativa ofrecida por el Concello de que tomase muestras tanto en la zona inferior como en la superior y que realizase comparaciones entre ambas. La autorización definitiva a Atlántica para que efectuase los vertidos en la red de la planta de Nostián llevó finalmente a Albada a plantear un recurso de reposición ante el Concello que fue desestimado, por lo que la empresa recurrió luego a los tribunales, en los que la administración municipal ya aprobó su personamiento en el recurso promovido por ella.

Múltiples conflictos

Este conflicto es uno de los múltiples que han enfrentado a Albada y Concello desde que la concesionaria inició su actividad en Nostián en 1999. El último de ellos había sido el originado por la obligación de mantener el servicio de la planta, cuyo contrato concluyó el pasado 31 de diciembre, hasta que se adjudique el del nuevo concesionario, ya que pretendía hacerlo sin tratar los residuos generados por los municipios del Consorcio As Mariñas y despidiendo al 40% de la plantilla, que inició una huelga para impedirlo.

Esa postura llevó al Concello a intervenir la planta durante ocho meses, el periodo máximo según la Ley, tras lo cual Albada admitió recuperar la gestión de las instalaciones. Una vez al frente la de planta, surgió el conflicto con Atlántica que ahora deberán resolver los tribunales.