Carlos Temprano estuvo en la Policía Local antes que en la Nacional. Asegura que su vocación es el servicio público, así que, desde hace catorce años se forma como negociador. El 19 de abril participó en el incidente de un hombre que apuñaló a los tíos de su expareja y a un vecino en la ronda de Nelle y amenazaba con suicidarse. Asegura que hay suicidios y tentativas todos los días aunque no trasciendan. Hay teléfonos a los que estas personas pueden llamar, como el 112 o el 061, en busca de ayuda.

¿El trabajo de negociador es como en las películas?.

No tiene nada que ver. Los negociadores dependemos de la Unidad Central, que es la Comisaría General de Policía Judicial. La sección de secuestros y extorsiones es la que lidera la red nacional de negociadores. Hay aproximadamente uno por provincia. En Galicia somos cuatro. La formación que se nos da es completa, con prácticas con los GEO para hacer frente a todo tipo de incidentes.

¿Cómo cuáles?

Un incidente con rehenes, un episodio de malos tratos que derive en atrincheramiento en domicilio, secuestros y extorsiones...

¿Cuántas intervenciones hacen al año de este tipo en A Coruña?

A mí me han activado para ir a algún incidente crítico o para una investigación, en 18 ocasiones en catorce años, pero tenemos un tiempo de respuesta porque la intervención puede ser en Santiago o en Ferrol y, por el camino, se puede resolver.

¿En cuántos llegó a actuar?

He tenido este episodio de la ronda, otro hace años de dos horas con una suicida en Palavea, que se resolvió satisfactoriamente y otro durante ocho horas de un atrincherado en casa con tres rehenes, en Pontevedra. No hay una media. Los policías, ya sean locales o nacionales, ven suicidios todos los días y tentativas también. Esas tentativas las aborda una primera actuación de seguridad ciudadana, un radiopatrulla, que muchas veces las solventa en poco tiempo. Cuando esa situación se alarga en el tiempo y se precisan otros medios y otros recursos es cuando se activa el protocolo y cuando entramos los negociadores y otros intervinientes como, en este caso, el Grupo de Operaciones Especiales. La primera actuación de los radiopatrullas es la más compleja.

¿Y tienen formación específica para actuar en estos casos?

Desde la unidad de formación de la Jefatura de Policía de Galicia se realizan cursos de formación continua. La formación es la clave en la policía. Se hacen unas jornadas a través de un convenio que hay con la Academia Galega de Seguridade y el Ministerio de Interior, impartidas por los negociadores territoriales de aquí y también por los de Madrid para todos los policías de Galicia. Si la primera contención verbal que hacen los primeros actuantes es adecuada y saben qué tienen que hacer y qué no deben hacer, se puede ganar tiempo hasta que lleguemos y es más favorable la negociación. Los negociadores nos reunimos anualmente para intercambiar experiencias y participan también negociadores del FBI o de México. La Policía Nacional es requerida por policías de Latinoamérica para darles formación en materia de secuestros y extorsiones.

En ese primer momento, ¿qué es lo más importante?

Es una persona que tiene un problema que no sabe cómo solucionar y la única salida que ve es la que piensa hacer, ya sea suicidarse u otra cosa. Para eso hay que establecer una relación, tenemos que bajar esa emocionalidad para que sea más racional. Normalmente hay que dejarle ventilar y escucharle, más que hablar nosotros, y saber cuáles son las razones que le han llevado a esa situación y qué alternativas hay.

Pero en un caso como el de la ronda de Nelle, parece que el agresor tenía todo bien pensado.

Sí, quería tirarse, pero primero quería contactar con su expareja para culparla de lo que iba a hacer y que quedara en su conciencia que él se tiraba por esa relación fallida. La investigación no está cerrada, falta todavía saber realmente cuál era la intención que tenía, porque ya entró encapuchado y con una mochila con elementos que nos pueden hacer pensar que su intención era otra. Al final, se resolvió pero no sabemos qué hubiese ocurrido si hubiese estado su expareja en casa. Él lo que quería era despedirse. No nos parecía adecuado que hablase con ella y tuvimos que evitarlo.

¿Cómo?

Protección ciudadana, cuando llega al lugar, le aísla y cuando ve que no lo puede contener verbalmente y que no progresa, activa el protocolo. El negociador no va solo, trabaja en equipo, va con su negociador secundario, que le aporta información continuamente a través del equipo de investigación, que recaba datos para que el negociador tenga información para saber con quién habla, y para que sepa qué es y qué no es apropiado decirle, para que no le dañe, porque puede precipitar su decisión. La labor de la brigada de investigación es crucial para que el jefe del incidente tome la decisión adecuada, si el incidente se prolonga,. El negociador, negocia, no manda y el que manda, no negocia.

¿De qué hablamos con tomar decisiones?

De cualquier decisión. Puede precipitarse una decisión urgente y no hay tiempo de consulta, pero en un protocolo de este tipo existe el jefe de incidente, que toma las decisiones asesorado por el responsable del grupo táctico y por el negociador, que le dicen qué opciones tiene cada uno de resolver el incidente.

Una persona en ese estado, que se quiere matar o acabar con la vida de otros, ¿escucha?.

En una ocasión, en un incidente en Labañou, en un caso de un padre que había apuñalado a su hija y que se había refugiado en casa, en el que yo participé, la información que teníamos de la familia era que tenía armas largas, que era cazador y que era peligroso porque estaba enfermo y se iba a morir, así que todo le importaba poco. Intentar contactar con él fue lo más difícil, no atienden a llamadas y a veces pasas horas y horas hablándole a una puerta y nadie te contesta. En ese caso, lo conseguimos a través del telefonillo. En esa primera toma de contacto, hay que hacerle ver la situación. Puedes estar horas sin que nadie te conteste, pero el negociador tiene que insistir para lograr engancharlo.

Con la llegada de las redes sociales, ¿es más fácil recabar información para los negociadores?

En ese momento todo tiene relevancia, cualquier cosa que puedas conseguir ya sea de un vecino o de internet. Tratas de buscar temas para engancharle y establecer esa comunicación. Hay que buscar algo que le importe a una persona que no tiene nada que perder y darle razones para vivir porque esa decisión la puede tomar al día siguiente.

Y en intervenciones tan largas, ¿de qué pueden llegar a hablar, de fútbol, por ejemplo?

De cualquier cosa que veas que le puede interesar y que te pueda escuchar y que confíe en ti, porque en una negociación, normalmente, no se miente. No se debe porque si te cogen en una mentira has perdido toda la confianza. Es un ejercicio de imaginación y creatividad en tiempo real y de agilidad mental porque hay que tomar decisiones muy rápido.

La figura del negociador es conocida, ¿qué pasa si les dicen que ya saben qué están haciendo?

En la ronda de Nelle pasó eso. Esta persona me decía que sabía que mi función era intentar convencerle. Se trata de minimizar lo que ha ocurrido porque en muchos casos no ha pasado nada. En este sí que había cometido unos hechos delictivos, pero un suicida no ha hecho nada. Se trata de buscar alternativas para tomar la decisión, si la tiene que tomar, otro día. Es lo que le pedimos.

Y el coronavirus, con la obligación de llevar mascarilla, ¿dificulta la comunicación?

Yo acudí con mi chaleco y mi mascarilla, él no la tenía ya porque la había perdido. Si no nos protegemos, no podemos proteger a nadie, eso es en cualquier intervención policial. En estos casos, lo menos común es el cara a cara, la comunicación suele ser por teléfono o a través de una puerta. En los secuestros ya tenemos otro papel, pero en un incidente como el del otro día, yo me presento y le digo que voy para ayudar.

Cuando acaban las intervenciones, ¿hacen seguimiento?

Sí, solemos hacerlo. A veces el seguimiento te hace ver que hay gente que encauza su vida y otras, que tomó esa decisión y la llevó a cabo, aunque nosotros conseguimos evitarla en un primer momento.

¿Han cambiado los hechos en los que intervienen en los años en los que lleva ejerciendo?

Se han reducido los atracos a bancos porque se han tomado más medidas de seguridad, pero se producen otro tipo de hechos, como secuestros virtuales.

¿Cómo son?

Personas que se desplazan al extranjero y, entonces, llaman a su familia para decirles que están secuestrados en un hotel aunque realmente, no está pasando nada.

En estos casos, los secuestradores piden dinero, ¿se les paga?

Hay cosas que se pueden negociar y cosas que no. Normalmente, dinero es lo que quieren. Hay de todo, hay familias que han intentado resolver las cosas por su cuenta y pagan y cuando les piden más dinero es cuando van a la policía. Es posible que, en algún caso, haya que pagar, pero eso forma parte de la investigación. Inicialmente, no se debe pagar por nada y se debe denunciar cuanto antes. Estos hechos se cometían, sobre todo, desde las cárceles de Chile y Colombia y solo con un teléfono generaban estos secuestros virtuales. Los negociadores no tenemos un puesto catalogado en la policía, es un curso que hacemos voluntariamente y cada uno tiene su trabajo, pero estamos alerta siempre. Nos pueden llamar a cualquier hora del día o de la noche. Lo hacemos por vocación de servicio.