La sala Pelícano volverá a abrir el sábado sus puertas para participar en la prueba piloto de la Xunta para ver si el ocio nocturno puede retomar su actividad con seguridad. En las barras hay botellas y, en los pasillos, palés de refrescos. Las mil entradas para participar en este experimento se agotaron en una hora y eso es, según explica el gerente y copropietario del local, Luis Diz, porque los jóvenes tienen ganas de disfrutar y, también, de cumplir las normas que les impongan.

Esto ya parece una discoteca...

Estamos en los inicios de los preparativos. Mañana [por hoy] viene el Sergas a instalar los medidores de CO2. Estamos listos para demostrar a las autoridades que se puede tener una actividad segura en los locales de ocio nocturno. Asumimos la responsabilidad de que se pueden hacer bien las cosas, la gente tiene muchas ganas de divertirse y se puede conseguir con el ocio controlado. Además, estamos deseando trabajar.

Se juegan mucho este sábado.

Tenemos la experiencia del año pasado, trabajamos un mes exactamente y demostramos que se pueden hacer las cosas muy bien. La gente joven, con normas, respeta. En las fiestas ilegales y en los botellones, donde no hay control, es donde se desbarata la situación. Hay mucho más riesgo en esas fiestas, aunque sean al aire libre, que en la discoteca.

Tendrán que llevar mascarilla, pero la distancia no están obligados a mantenerla en todo momento.

Lo que dice la norma es que los clientes tienen que echarse gel hidroalcohólico al entrar y mantener el metro y medio de distancia dentro de lo posible. Sabemos que cumplirlo a rajatabla va a ser inviable porque son mil personas. Vamos a poner mesas en la pista de baile para que no se produzcan tumultos, pero es imposible cumplir el metro y medio al cien por cien, eso lo sabemos. Con el uso de la mascarilla sí que vamos a ser excesivamente estrictos porque es el medio que tenemos para protegernos. Vamos a tener control de aforo en los baños, solo se podrá utilizar el 50% del baño y vamos a tener limpieza dentro en todo momento. A los asistentes se les va a identificar con una pulsera para que puedan entrar y salir. Lo que se intenta en esta sesión comprimida de cuatro horas es demostrar que nos podemos divertir dentro de unas normas pautadas por las autoridades sanitarias.

Y PCR negativa, ¿no?

Sí, los que han comprado la entrada han recibido un SMS para hacerse la prueba, tienen de fecha límite mañana [por hoy] a las 10.30 horas. Van a la farmacia, con la tarjeta del Sergas y piden el test de saliva. En caso de ser positivo no podrán asistir.

Esta es una prueba piloto y tienen esta facilidad de las pruebas gratuitas, pero si finalmente les permiten abrir como ustedes piden, más horas y con menos restricciones, lo de la PCR no será posible...

Cada semana que pasa hay más seguridad porque hay más personas inmunizadas. La información que nos da el Sergas es que el 14 de agosto va a estar vacunada con la pauta completa más del 70% de la población gallega. Eso nos da una seguridad porque ya no colapsamos los hospitales ni las camas de la UCI. Tenemos que ir avanzando hacia la nueva normalidad. Lo decía el otro día el conselleiro, o volvemos medianamente a la normalidad o la gente terminará loca, porque necesita tener ese momento de esparcimiento. Llevamos más de quince meses encerrados y la gente necesita volver a disfrutar, por eso se plantea la apertura, pero no como la que propone el Ministerio de Sanidad. Si a una discoteca le quitan la pista de baile le quitan toda su esencia. Una discoteca no puede cerrar a las tres de la mañana. Yo siempre les pregunto a los facultativos qué diferencia hay entre la una y las tres de la mañana. Hay quien dice que a las tres estás más bebido, pero estamos viendo que, en el terraceo hay mucha gente bebida y es por la tarde. En este caso, no hay que llevarlo a la franja horaria sino al comportamiento de las personas. Si lo limitas a unas horas, lo que va a hacer el cliente es beber más cantidad en menor tiempo y no es la solución.

¿Cómo quisieran volver?

Con unas condiciones mínimas, que es el 50% de aforo, con uso de la pista de baile y con un horario que nos permita trabajar.

¿Cómo van a garantizar el cumplimiento de la norma de la mascarilla sin policía dentro de la sala?

Vamos a tener a cincuenta personas dando servicio y controlando las normas, no tenemos dudas de que será un éxito. Hay que tener muy claro que la gente joven, que es la que ha comprado la entrada, de entre 18 y treinta años, con normas, respeta siempre. A veces, es más complicado que las cumplan los que son más adultos. Esta prueba piloto tiene que ser un éxito y ellos van a poner mucho de su parte.

¿También les harán pruebas a los trabajadores?

Sí, todos los que entren ese día en la sala tienen que hacerse el test.

Un brote sería catastrófico...

No va a pasar porque ya no pasó en julio cuando teníamos una situación epidemiológica similar y no había empezado la vacunación. Hay precedentes de eventos que se han realizado en otros lugares, como Madrid o Barcelona, que demuestran que el ocio nocturno es seguro.

Decía que los clientes, con horarios restringidos, beben más en menos tiempo, pero nada les prohíbe beber antes y que se comporten a las doce como si fuesen las cuatro.

Evidentemente, eso pasa siempre. Del mismo modo que nadie controla en una cafetería que un cliente llegue más o menos bebido. Parte de nuestro trabajo del día a día en el ocio nocturno es saber cómo llega el cliente y, si viene bebido, no se le deja pasar. La gente que viene a esta prueba piloto es un cliente habitual de los espacios de ocio del grupo y sabe que nosotros somos muy estrictos con las normas. Si llegan en un estado de embriaguez no van a poder acceder al recinto, por mucha entrada que hayan comprado o por mucha PCR que enseñen.

Tras esta prueba piloto, ¿sus esperanzas están puestas en el verano?

La esperanza que tenemos es que el Ministerio de Sanidad se dé cuenta de que el plan que publicó en el BOE no es el camino a seguir. Lo normal es que la desescalada la regulen las comunidades. Llevamos meses trabajando con la Xunta, planteando pruebas piloto para una desescalada ordenada y controlada, y que sea rentable para los negocios. Si realmente se siguen marcando esas pautas estrictas por el Ministerio no visualizamos un verano bueno sino desastroso porque no es rentable. No digo que no haya negocios que no puedan abrir, pero un negocio que llenas de mesas... Lo que va a suponer al sector es más inversión cuando llevamos quince meses sin facturar. La clave es el horario, si mantenemos solo dos horas de diferencia entre el ocio diurno y el nocturno, no es viable. Debemos recuperar nuestro horario de licencia, que es a las cuatro y media para los pubs y a las seis para las discotecas, y tenemos que ir recuperando los aforos. Somos partidarios de empezar con el 50% pero tal y como se vaya demostrando que somos negocios seguros, que se vayan flexibilizando las restricciones como se hizo en la restauración.