La Policía Nacional lleva registradas unas 140 denuncias de robos en viviendas desde que empezó el mes de julio y hasta ayer, por lo que, la media de asaltos en la ciudad es de aproximadamente tres al día, aunque, según indican fuentes policiales, la actividad de los ladrones es más intensa durante el fin de semana y afecta más a las calles del centro que a las de los barrios, aunque se han producido asaltos casi por toda la ciudad.

Fuentes policiales consultadas por este diario indican que estos robos los cometen ladrones que pertenecen a dos bandas y que utilizan, sobre todo, tres métodos: el resbalón, que es el que utilizan en las viviendas en las que sus propietarios no han pasado la llave al salir; el bumping, que consiste en la introducción de una llave manipulada en el bombín de la cerradura para que, al darle un golpe, salten los pistones del cilindro y la puerta se abra; y el impresioning, que es una técnica nueva que se desarrolla en dos fases: primero, los ladrones meten unas placas de aluminio en la cerradura que graban las muescas de la llave cuando los propietarios entran; después, los ladrones recogen ese material y replican la llave para poder acceder a la vivienda sin forzar la cerradura.

El Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio del Interior recoge que, en el primer trimestre de 2021, se produjeron 36 robos en viviendas en la ciudad —no están todavía disponibles los datos de abril a junio—. Durante el año pasado, los robos en viviendas de enero a marzo ascendieron a 63, a pesar del confinamiento. En el segundo trimestre de 2020, de abril a junio, se registraron 52 robos en viviendas en A Coruña y, en el tercero, el que corresponde a los meses de julio, agosto y septiembre, constan 94 asaltos. El año se cerró con un acumulado de 286 robos en viviendas, el doble que los cometidos en solo mes y medio este ejercicio.

Como los datos del año pasado están condicionados por la pandemia y el confinamiento, las cifras de este año podrían compararse con las del año 2019, incluso con las de 2018, cuando la movilidad estaba permitida y era posible irse de vacaciones sin limitaciones. En el tercer trimestre —julio, agosto y septiembre— de 2019, el número de robos en viviendas en la ciudad ascendió a 85 y, en 2018, la cifra fue de 70 ataques, el doble de los registrados hasta ahora, en la mitad del tiempo, ya que resta todavía mes y medio para que se cierre este trimestre.

El representante regional de la Unión Federal de la Policía, Antonio García, explica que, durante este año, “está habiendo más robos” que en años anteriores. Indica que los ladrones se centran en “viviendas que están vacías, porque sus propietarios están de vacaciones”. y que es “habitual en estas fechas”, porque aumenta la movilidad y porque los ladrones pertenecen a bandas itinerantes, que llegan a la ciudad para cometer estos asaltos, sobre todo, en busca de joyas y dinero en metálico y que los métodos que utilizan son silenciosos, para evitar llamar la atención de los vecinos.

El Sindicato Profesional de Policía (SPP) indica también que los robos con fuerza en viviendas que sufre no solo A Coruña sino otras ciudades en la época estival son causados “en su gran mayoría por grupos organizados de delincuentes extranjeros”, que suelen proceder “de países del este de Europa”. Su presencia en la ciudad coincide, además, con los periodos de vacaciones de los agentes y también con que no están cubiertas todas las plazas de las plantillas de la Policía Nacional.

“Seguimos con el crónico problema de la escasez de personal debido a que las plantillas de la Policía Nacional están en un 80% de su personal, a ese déficit se une la época de vacaciones de verano, con la necesidad de emplear personal y patrullas en establecer servicios propios de la temporada de fiestas, el nivel 4 reforzado del Plan de Prevención y Protección Antiterrorista, los dispositivos de prevención y de control de las medidas relacionadas con la pandemia del COVID-19”, relatan fuentes del SPP, que añaden que la falta de personal “es mayor en las unidades de investigación, en la Policía Judicial” y que eso supone “muchas dificultades para poder hacer un trabajo continuado de prevención a medio y a largo plazo”.

Los sindicatos policiales hacen hincapié en la importancia de que los vecinos adopten medidas preventivas fáciles de cumplir, como pasar la llave al salir de casa, no abrir el portal del edificio a desconocidos, avisar a los vecinos de las ausencias para que vacíen el buzón en este periodo, que les coloquen el felpudo en la puerta después de la limpieza de la escalera, y, sobre todo, que ante cualquier señal, duda o si se observan a personas desconocidas en el edificio avisen inmediatamente a la Policía llamando al 091.

Los agentes indican también que otro de los métodos que suelen ayudar a que los ladrones descarten una vivienda es que vean actividad dentro y que eso es fácil de simular actualmente con la programación automática de la televisión y de las luces. Apuntan también a que las viviendas con cerraduras antiguas son más vulnerables, ya que son más fáciles de abrir que las modernas.

Sandra Castro, del Sindicato Unificado de Policía (SUP) reivindica también más personal para poder realizar un trabajo de prevención en las calles ya que, actualmente, denuncia que solo hay “tres vehículos” disponibles para estas labores.

La Policía Nacional puso en marcha un operativo especial para intentar paliar la escalada de robos en viviendas que, actualmente, cuenta con dos vehículos camuflados los días laborables —uno de la Policía Judicial y otro, de Seguridad Ciudadana— y, el fin de semana, con un coche sin rotular que patrulla por los barrios de la ciudad.

La Confederación Española de Policía (CEP) también se suma a las reivindicaciones de más personal para poder luchar contra esta oleada de robos. “El número de patrullas en la calle varía mucho según el día, pero si hace diez años teníamos diez, ahora hay días que tenemos tres o cuatro y, con tan pocos medios, esto no se va a solucionar”, comenta el secretario provincial en A Coruña de la CEP, Borja Varela.