“Tenemos un reto importante en materia de vivienda social y esperamos alcanzar en breve un acuerdo con Marea”. La expectativa del concejal de Urbanismo y Vivienda, Juan Díaz Villoslada, la expresó en el último pleno ordinario, la semana pasada, en el debate para la aprobación inicial de la nueva ordenanza de rehabilitación, poco después de que precisamente Marea Atlántica, que hizo aportaciones a la norma, celebrase dicha iniciativa pero demandase al Gobierno local “más ambición” respecto al derecho a la vivienda de los ciudadanos. Las dos fuerzas han recuperado el diálogo fluido desde el final del verano y eso se ha traducido en acuerdos sobre diversos asuntos (plan de rescate municipal, ordenanzas fiscales) que deberían despejar de dudas el camino hacia la aprobación del nuevo presupuesto, algo que probablemente se materializará en los primeros meses de 2022. La vivienda es uno de esos asuntos de interés compartido, con aspectos como el aumento del parque municipal de pisos y la regulación de las viviendas turísticas, cuestión esta que también preocupa a los vecinos de las zonas donde son más numerosas.

El aumento del precio de los alquileres de pisos ofrecidos durante unos días a turistas y visitantes y la dispersión de la población de estas a otras zonas de la ciudad debido a ello son desventajas que, según los vecinos, trae consigo la proliferación de viviendas turísticas, que han crecido en A Coruña un 58% en dos años, hasta las 572, según el Área de Estudios e Investigación de Turismo de Galicia, dependiente de la Xunta. Marea subraya los mismos inconvenientes, “hinchar precios y expulsar residentes”, además de “dificultar el acceso a la vivienda digna”. Por eso ha incluido la regulación de estos pisos en la negociación abierta con el Gobierno local para desarrollar un Plan Municipal de Vivienda.

Este objetivo global debería pasar también, según Marea, por la ampliación del parque municipal de vivienda, el estímulo a la construcción de pisos públicos, la mejora de la bolsa de alquiler, la apuesta decidida por la rehabilitación, la dinamización de las viviendas vacías y la promoción de modelos alternativos de acceso a la vivienda. Son estas algunas ideas que Marea quiso aplicar en su mandato, pero no avanzaron como pretendía el Gobierno local o tropezaron, como el fallido plan de compra de pisos por parte de la administración.

El Ejecutivo de Inés Rey no se ha pronunciado de momento sobre las líneas que defiende para impulsar ese plan municipal y Marea, como recalcó el concejal Iago Martínez en el último pleno, siempre ha mantenido “desencuentros” con los socialistas en asuntos de vivienda; ahí está como ejemplo el rechazo del grupo —y del BNG— al desarrollo del polígono residencial de As Percebeiras en Labañou. Parece abrirse ahora un escenario de entendimiento, al menos de posturas parejas; hay que ver en qué se traducirán.

Por ahora, la rehabilitación refuerza el afecto entre los dos grupos de la Corporación, tanto con la nueva ordenanza en vías de aprobación final, que pretende penalizar el abandono de inmuebles y solares, como con la nueva línea de ayudas a las reformas importantes en los edificios. El Gobierno local abrirá en 2022 una nueva convocatoria de subvenciones, con más de un millón de euros a repartir entre el casco histórico, las casas de Franco y el grupo de viviendas de María Pita en Labañou.