La Concejalía de Medio Ambiente ha sacado a concurso un servicio complementario para dar cobijo y esterilizar a los animales recogidos en la calle ante la saturación del Centro Municipal de Animales de Compañía, que gestiona Servigal. El contrato es de hasta tres años y permitirá corregir la situación actual, ya que durante varios meses el Concello pagó facturas a la residencia canina de Montegatto, en Oza-Cesuras, por este trabajo auxiliar a través de sucesivos contratos menores sin que mediase licitación alguna. El pasado mayo, a preguntas de este diario, el departamento municipal justificaba que la concesión de Servigal finalizaba en octubre y se había optado por una fórmula puente y provisional con contratos menores hasta tener nueva adjudicataria en Bens, un procedimiento que no se ha iniciado todavía.

El concurso para regularizar el servicio que se encarga a Montegatto es por un año prorrogable otros dos y el precio base de licitación es de 476.033,08 euros más impuestos. Se divide en dos lotes, pero una misma empresa puede hacer oferta para ambos. El futuro adjudicatario del Lote 1 deberá “asistir a la empresa Servigal (concesionaria del servicio de lacería, perrera y cremación) para realizar el traslado desde el Centro Municipal al centro del adjudicatario y posterior devolución cuando así se lo indique, por motivos de espacio, aforo o necesidades especiales que así lo requieran”. Deberá encargarse del alojamiento y mantenimiento, del cuidado y saneado durante su estancia, vigilancia y control veterinario. La adjudicataria del Lote 2 se encargaría de la cirugía de esterilización de los animales domésticos en proceso de adopción.

Los problemas que arrastra el centro de acogida se deben a la falta de espacio y la adecuación a las exigencias de la nueva normativa de 2017. Las condiciones técnicas y económicas del contrato de 2005 no se ajustan a la Lei de Benestar Animal de Galicia, que prohíbe el sacrificio de animales y obliga a esterilizarlos para su adopción. Las dimensiones insuficientes del complejo, además, se ven afectadas por la recogida de perros potencialmente peligrosos, que no pueden ser alojados con otros en el mismo canil. Según fuentes municipales, se ha apreciado un aumento de abandonos de ejemplares de estas razas. El envío a Oza-Cesuras se realiza cuando las instalaciones están saturadas.

Tal y como había informado este periódico, las facturas abonadas por el Concello (hay al menos cuatro de 18.500 euros hasta marzo de 2021 y una de 1.000 en el tercer trimestre) corresponden a contratos menores, otorgados sin concurso, por lo que no pueden prolongarse en el tiempo de forma indefinida, ya que la legislación impide duplicar servicios y obliga a que si se trata de una necesidad permanente, esa actividad sea licitada. El Gobierno indicaba hace medio año la previsión de incrementar, en el futuro contrato, los servicios que la concesionaria de la perrera debe ofrecer, como la esterilización, el cuidado temporal y la promoción. También a inicios de mandato se informó de que se proyectaba la ampliación de las instalaciones municipales de Bens, pero la medida, de la que también se había hablado en el mandato anterior, no se ha ejecutado aún. Los presupuestos de 2022, actualmente en negociación, revelarán si está entre las próximas actuaciones previstas por el área de Medio Ambiente.