El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) ha desestimado dos recursos de la concesionaria de la planta de residuos de Nostián, Albada, contra resoluciones de la Xunta que la instaban a proceder al sellado de dos de los vasos en los que se guarda la basura de la planta ( colmados, respectivamente, desde 2002 y 2008) en los términos que le pedía el Concello y sin depositar en ellos más desechos.

De acuerdo con el tribunal, no es “aventurado” pensar que la “verdadera razón del retraso” es económica: que no se realiza el sellado por la disputa entre el Concello y la concesionaria sobre quién tiene que pagar la obra, con un coste estimado de 3,5 millones de euros. Y eso aunque es, para el Superior, “imprescindible”, pues los vasos sin sellar siguen emitiendo aguas y lixiviados a la red de saneamiento.

La historia de la disputa legal es larga. En 1998, Albada consiguió la concesión de Nostián, y tres años después llenó un primer vaso de 183.500 metros cúbicos con residuos que no recicló. Ese se selló; pero en 2002 se llenó otro de unos 208.000 metros cúbicos, y en 2007 construyó un tercero, de 800.000 metros cúbicos. Estos dos, señala el Superior, “deberían ser sellados”.

Albada presentó un proyecto que autorizó la Xunta en 2010, pero que fue rechazado por el Concello al año siguiente porque su redacción implicaba que sería financiado con fondos municipales, una cuestión que sigue abierta. En 2015 la Xunta emitió un documento, la Autorización Ambiental Integrada (AAI), que se modificó en 2016 y establecía que Albada debía sellar los depósitos en el plazo de un año. Concretamente, el periodo expiraba el 1 de julio de 2017.

Esto no quiere decir que tendría que asumir el coste, porque luego podría intentar repercutirlo en el Concello. La Xunta no entra en el asunto, y considera que debe resolverse entre empresa y Ayuntamiento. Pero, en todo caso, la concesionaria debía cerrar los dos vertederos.

En este punto volvió intervenir el Ayuntamiento. Para proceder a la obra, hay que tener una licencia municipal, y el Concello no la emitió. En cambio, solicitó que se modificase la AAI para adaptarse a las condiciones de la nueva ordenanza de vertidos, que había entrado en vigor en 2013. La Xunta estimó esta petición y modificó dos puntos. En concreto, debían actualizarse los valores límites de vertidos, Albada debería realizar un informe trimestral para demostrar que estaba cumpliendo con este criterio.

Esto motivó una de las denuncias de la concesionaria que resolvió el Superior. Albada consideraba que la modificación era improcedente por cuestiones formales: una prórroga en la adaptación de los límites de vertido, y el hecho de que, según la concesionaria, el Ayuntamiento contravenía sus propios actos. También, porque, recordaba Albada, no puede llevar a cabo el sellado mientras el Concello no emita licencia de obra. El tribunal desestima los primeros argumentos, y, en cuanto a la licencia de obra, señala que la concesionaria no acreditó que “hubiera presentado la documentación suficiente” como para obtener esta autorización.

En paralelo se desarrolló otro proceso judicial que también ha resuelto el Superior. Albada solicitó a la Xunta, en mayo de 2019, otra modificación de la AAI. En este caso, pedía seguir enviando durante un año sus residuos a los vasos que estaba obligada a cerrar. El Gobierno gallego se lo denegó, tanto por temas formales como de fondo: según la Xunta, no tenía sentido seguir depositando residuos en un vertedero que Albada tenía la obligación legal de cerrar, y que, además, según un informe de la propia empresa, Albada “viene repuntando como agotado desde el año 2008”.

También recordaba el Gobierno gallego que llegó a sancionar a Albada con 60.000 euros por no sellar los vasos. La concesionaria llevó esta modificación del AAII a los tribunales, pero el Superior desestimó sus argumentos en un fallo, publicado, como el anterior, en noviembre del año pasado. Ante las sentencias se puede interponer un recurso de casación ante el Superior, o llevar el asunto al Tribunal Supremo. Este diario se puso ayer en contacto con Albada para preguntar si seguirá el proceso legal, sin respuesta.

En la primera de las sentencias, el Superior indica que no le corresponde “entrar en las disputas mantenidas entre la concesionaria y el Ayuntamiento” y que tanto quién debe cerrar los vasos como quién debe pagar la obra “es una cuestión discutida” entre ambas; deriva, señala, de “falta de previsión” a la hora de realizar el contrato. Estas peleas por cuestiones monetarias, apunta el tribunal, están provocando el “retraso” en el sellado.

Pero el tribunal también señala que lo que “no se discute” es que los vasos que están sin cerrar “vierten a la red de saneamiento municipal”, por lo que la obra resulta “imprescindible para mantener las emisiones de efluentes dentro de los límites admisibles”.

Sin contrato, ¿ni licencia?

El sellado de los vasos provocó una tercera resolución judicial del Superior; esta, contra el Ayuntamiento. Para que se cierren tiene que haber una licencia municipal para el inicio de las obras, y, en marzo de 2019, el TSXG falló que el Ayuntamiento debía tramitar un expediente para aprobar el proyecto de sellado de los vasos de Albada y dictar una resolución “en el plazo máximo de tres meses”. Según indica el Superior en una de sus últimas sentencias, “es notorio que dicho plazo resultó notoriamente excedido”.

El Concello declaró a este diario en enero de 2021 que contaría en breve con la licencia de obras que permitiría el sellado, si bien esperaba recibir cuatro informes de otros tantos organismos necesarios para dar el visto bueno. Este diario se puso ayer en contacto tanto con el Ayuntamiento como con Albada para preguntar si ya se había emitido el permiso, sin recibir respuesta.

No es el único documento municipal que está a la espera, pues el contrato de Albada acabó el 31 de diciembre de 2019. La empresa está obligada a continuar en internidad, pero se negó a tratar la basura del Consorcio das Mariñas cuando acabase el contrato y amenazó con despidos. El Concello intervino la planta durante ocho meses, y, durante este periodo, contaba con redactar unos nuevos pliegos de condiciones y sacar de nuevo la gestión de Nostián a concurso.

Pero no se cumplieron los plazos, y tampoco un plan alternativo del Concello, realizar un contrato puente. En noviembre del año pasado, el Ayuntamiento contrató a una empresa para realizar unos nuevos pliegos adaptados a la normativa actual, pero a día de hoy Albada sigue prestando el servicio forzosamente. El comité de empresa de la planta se ha quejado reiteradamente de la interinidad, ya que consideran que el complejo adolece de falta de mantenimiento.