Los efectos de la huelga del sector de transportes que se desarrolla en todo el país desde el pasado lunes causan una especial preocupación al presidente de la Cámara de Comercio de A Coruña, Antonio Couceiro, quien pone de relieve los daños causados a las empresas de toda clase de actividades y que expresa su temor a que algunas de ellas se vean obligadas a suspender definitivamente su labor.
¿Existe preocupación en la Cámara por la situación que viven las empresas coruñesas a causa de la huelga de transporte?
La preocupación es máxima. Son ya muchos días de interrupción del suministro y distribución normal de mercancías. Siendo conscientes de las dificultades que están sufriendo los transportistas, entendemos que se debe garantizar el libre transito de mercancías, ya que en estos momentos la situación es insostenible para muchas empresas, unas por la falta de suministros y otras por la imposibilidad de distribución.
¿Ha mantenido contactos con ellas para conocer los problemas que sufren?
El contacto es permanente y nos están trasladando en tiempo real su situación que, en algunos casos, es ya extrema, viéndose obligados a la paralización de actividad casi inminente, con las consecuencias que esto acarreará para el empleo y para el suministro a los consumidores.
¿Cree que el Gobierno puede tomar medidas que garanticen la continuidad de la actividad empresarial?
Es básico que, de manera inmediata, se adopten medidas que permitan compatibilizar el derecho a la huelga con el derecho al trabajo de quien así lo desee. Las empresas no pueden soportar más tiempo esta situación y debe garantizarse el libre transito de mercancías por nuestro territorio. Si no se actúa con inmediatez puede producirse un colapso de producción y de distribución.
¿Qué empresas o sectores son los más perjudicados por esta crisis según sus datos?
Está afectando a todas en general. Las empresas que comercializan productos perecederos tienen un daño inmediato y una pérdida cierta. Las de producción y distribución tienen que parar su producción por falta de insumos o por no poder comercializarlos. En algunos casos, como las ligadas al sector primario, puede producirse una situación catastrófica que lleve a su cierre. La empresa no es un electrodoméstico que se puede encender y apagar a su gusto, es un ente vivo que, si se paraliza, es complicado o imposible devolverlo a la vida.
¿Puede producirse algún daño irreparable para alguno de ellos?
Como indicaba, en el sector primario puede suponer la muerte de la cabaña que sustenta la explotación, lo que lleva directamente a la desaparición de esta explotación. En otras empresas que ya vinieron sufriendo los efectos de la crisis sanitaria, puede suponer la puntilla que las lleve directamente a su desaparición, e incluso en las más saneadas, supone un importante golpe a su productividad y eficiencia pudiéndolas llevar a situaciones límite.
