A partir del 20 de abril, el que quiera quitarse la mascarilla podrá hacerlo. Y el que quiera seguir llevándola, también. El Consejo de Ministros aprobó este martes un real decreto que eliminará a partir de ahora la imposición de mascarillas en espacios cerrados, salvo centros, servicios y establecimientos sanitarios, incluidas las farmacias, y transporte público. En los trabajos, decidirán las empresas.

Solo habrá que ponérsela en "aquellos espacios en los que puede haber personas con vulnerabilidad. Es decir, trabajadores y visitantes de centros asistenciales y sociosanitarios -especialmente, residencias de mayores-, pero no los residentes y en los transportes, mientras que en otros lugares será una "recomendación de uso responsable, especialmente cuando hay aglomeraciones y cuando se trate de personas vulnerables".

En Galicia, la Consellería de Sanidade apuesta de momento por seguir aconsejando el uso del cubrebocas, también en los colegios, aunque a partir de ahora los alumnos ya no tendrán que utilizarla en el ámbito escolar; sí se recomienda a los profesores con factores de vulnerabilidad que se la pongan, al igual que otras personas con estas mismas condiciones en las que no puedan mantener 1,5 metros de distancia interpersonal.

En los centros de trabajo, serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que lo valoren, si bien la ponencia aconseja llevarla cuando la distancia interpersonal sea inferior a 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada.

Asimismo, en otros espacios cerrados de uso público como comercios, cines, teatros, salas de conciertos, museos, bares, restaurantes o locales de ocio nocturno, entre otros, lo que recomiendan es un "uso responsable", al igual que en el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas. Las autoridades sanitarias también establecerán una serie de usos recomendados que no formarán parte del decreto.

Pasa de ser "obligatorio" a "recomendación"

La Consellería de Sanidade apuesta por mantener en Galicia la recomendación de usar mascarilla en interiores una vez que elimine el Gobierno central su obligatoriedad desde este miércoles. La Xunta ha anunciado que está "pendiente" de lo que el Ministerio de Sanidad y de Educación "modifiquen o dejen sin efecto para ver cómo se maneja" el uso de la mascarilla, "especialmente en el ámbito educativo". "De entrada nuestra propuesta a partir del miércoles es dejar de hacerlas obligatorias y que quede en el ámbito de la recomendación", ha afirmado el conselleiro. "Ese es el escenario en el que nos movemos: pasar de ese carácter obligatorio a recomendación", ha sentenciado.

El médico adjunto del servicio de enfermedades infecciosas del Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac) Álvaro Mena ha comentado que Galicia está preparada para dar el paso ya que la situación epidemiológica actual, con aumento de hospitalizados por el COVID-19, no tiene "nada que ver con otros periodos de años anteriores". "Lo recomendable es que la gente tenga cierto grado de prudencia", ha afirmado.

Por ello, el doctor Mena apela a que la retirada de la mascarilla la lleve a cabo la gente "con un cierto sentido común", por lo que ha apelado a la "necesidad de autoprotección".

Con respecto a espacios con alta concentración de personas como los centros educativos, el doctor Mena ha apuntado que se trata de lugar con mucha gente, pero ha matizado que en edad pediátrica el COVID no ha tenido un impacto grave. Por ello, ve "razonable" que "poco a poco se vaya retirando la mascarilla a niños".

Como médico, considera que "no es necesario el uso de mascarilla en niños", pero puntualiza que se deben proteger a los "vulnerables", ya sea del COVID-19 como de otros virus. Sobre otros lugares, como universidades, Álvaro Mena ha indicado que "no tiene sentido que una persona porte mascarilla en la universidad y en la cafetería --de la misma o de fuera-- no sea necesario".

Por ello, insiste en que en un aula no puede haber limitaciones "que no existen en la vida social" y en el "día a día". Con todo, ha insistido en cuidar a las personas vulnerables, como los pacientes en hospitales y residentes de centros sociosanitarios.

De este modo, apela a "actuar con sentido común" una vez que el Gobierno determine la retirada de mascarilla en interiores. Tras recordar que las "normas hay que cumplirlas", advierte de que "que se retire no quiere decir" que "exista la posibilidad" de mantenerla en caso de que así se quiera hacer. Por ello, insta a tener "la información y tomar la decisión adecuada". "Si creen que el riesgo es alto se pueden poner la mascarilla", sentencia.