La niebla y el frío no son rival para Tanxugueiras. El torrente de energía que despliegan en sus conciertos se impone a cualquier circunstancia atmosférica. Así lo demostraron ayer en Riazor en la primera jornada playera del Noroeste, donde congregaron a 80.000 personas, según la estimación del Concello. La gran expectación generada por la que debía ser la primera actuación multitudinaria del festival coruñés no quedó defraudada.
Se ganaron desde el primer momento al público, que coreaba sus canciones y al que halagaron en los descansos entre canciones. “A xente da Coruña mola un montón”, proclamaron para el deleite de sus seguidores en la ciudad, que se agolpaban en la arena desde horas antes para disfrutar de un buen lugar en el concierto.
Algunos llegaron perfectamente pertrechados para no privarse de nada, ya que se plantaron sobre la arena con sillas, toallas, neveras y pizzas para acompañar la música. Aunque poco antes de comenzar el concierto la niebla cubría la playa y era imposible divisar el escenario, al inicio del recital se había despejado, aunque la sensación de fresco persistía.
Uno de los momentos estelares de la noche se produjo con la interpretación del tema Cambia todo, ya que el público decidió encender las linternas de sus teléfonos móviles y Riazor se convirtió en un océano de luz sobre el que Tanxugueiras desplegaron toda su potencia artística. Como no podía ser de otra forma, la velada concluyó con Terra, la canción que transformó para siempre la carrera de este trío. Acompañadas por las voces de toda la playa, proclamaron una vez más su “non hai fronteiras” y pusieron muy alto el listón para el resto de artistas que quedan por intervenir en el Noroeste, en el que anoche también actuó Azahara, que debutó en el Noroeste el año pasado en el escenario de Santa Margarita y, tras ese memorable concierto, repitió ayer en Riazor.
