Alarma por los robos en viviendas en A Coruña. De nuevo en verano. Su incremento anual del 33%, reflejado en los datos de criminalidad del primer semestre del año, ha puesto en marcha un operativo de prevención y detección de este tipo de delitos en la ciudad por parte de la Comisaría Provincial de la Policía Nacional. Efectivos de más de una unidad integran este despliegue desde el pasado 10 de agosto, en principio con el plan de seguir en funcionamiento en viernes, sábado y domingo hasta que termine este mes. Porque entre julio y agosto al menos se han notificado unas 25 denuncias por asalto con fuerza en domicilios de distintos barrios.
Esta cifra aproximada representa el 20% del total de robos de esta categoría cometidos en la ciudad desde que comenzó 2022 según las estadísticas del Ministerio del Interior, 128 frente a los 96 del año pasado en los primeros seis meses. Las sospechas apuntan a que han vuelto a operar en Galicia, y han llegado hasta A Coruña, grupos organizados de delincuentes de origen extranjero, posiblemente de países del este de Europa, lo que ha activado el operativo especial del 091. En conjunto, colaboran agentes de Policía Judicial, Seguridad Ciudadana, Extranjería y Policía Científica bajo la dirección de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta.
Ensanche, Riazor, Monte Alto, Matogrande, Barrio de las Flores, Monelos y A Zapateira. Estos son los barrios donde están actuando los asaltantes últimamente; en calles como Linares Rivas, Nicaragua, Alfredo Vicenti, Rubine, Juan Flórez, ronda de Nelle, Adelaida Muro, ronda de Monte Alto, en el entorno del estadio de fútbol y en urbanizaciones de chalés de A Zapateira. Con roturas de cerradura o mediante el método del resbalón para no dañarlas, los delincuentes suelen acceder a los pisos, explican fuentes policiales consultadas por este periódico.
Para prevenir y detectar estas actuaciones, la Policía Nacional ha dispuesto un operativo de refuerzo con patrullas de Seguridad Ciudadana en vehículos camuflados de la Policía Judicial, que podrían proseguir durante más fechas con estas funciones si la actividad delictiva continúa o se intensifica en lo que queda del mes de agosto.
El principal objetivo de los agentes es detectar las organizaciones criminales especializadas en asaltos con fuerza en viviendas para seguirlas e identificarlas y, llegado el caso, detener a sus integrantes. Según los indicios recabados por el 091, los delincuentes, de países como Croacia, Serbia, Albania o Georgia, operan de manera itinerante en distintos puntos de España, generalmente por temporadas, como en verano; pasan un tiempo en las localidades escogidas para vigilar movimientos vecinales en determinadas zonas y actuar cuando los domicilios quedan vacíos.
Los robos con fuerza en pisos experimentaron uno de los repuntes delictivos más significativos en A Coruña durante el primer semestre del año, del 33%, así como los incrementos de las sustracciones de vehículos (64,5%), los asaltos a la fuerza en el conjunto de viviendas, establecimientos comerciales y otras instalaciones (44,9%) y los hurtos (37%) respecto a los seis primeros meses de 2021. Los intentos de homicidio se duplicaron —pasaron de cinco a diez— y el total de infracciones penales creció un 26,5%, hasta por encima de las 6.800.
Fuentes sindicales de la Policía Nacional consultadas por este diario aplauden la puesta en marcha de este operativo especial contra los robos en domicilios. Apuntan que su funcionamiento se basa en la recopilación de información para llevar a cabo de la forma más efectiva la identificación de los posibles miembros de los grupos organizados con el objetivo de localizarlos para realizar trabajos de investigación propia.
Una oleada de asaltos sin precedentes en 2014: 186 entre julio y agosto, más que desde enero
Los asaltos a la fuerza en viviendas no son un fenómeno delictivo inusual en A Coruña. En el verano de 2014 la actividad de las bandas extranjeras organizadas, asentadas durante meses o semanas en la ciudad, causó una ola de robos que atemorizó a vecinos de muchos barrios y obligó a los cuerpos de seguridad nacional y local a unir fuerzas, desplegar operativos y reforzar trabajos de vigilancia. Las cifras aquel año fueron alarmantes: solo en julio y agosto, la Policía Nacional había recibido más denuncias de robo o tentativa de robo en sus casas que en los seis meses anteriores, 186 frente a 163. Casi un mes después de que se conociera esta cifra se convocó la Junta de Seguridad para abordar la preocupante situación. Fue una oleada delictiva sin precedentes en la ciudad, con fines de semana o puentes festivos con casi 30 denuncias por asalto con fuerza en vivienda. El 091 alertaba a la población de que estuviera vigilante ante comportamientos de personas desconocidas en sus portales o calles. El modus operandi habitual de las bandas organizadas, también con miembros de países del este de Europa, consistía en vigilar el movimiento vecinal en los portales para acceder a las viviendas cuando tuvieran la certeza de que estaban vacías. En el mandato de Marea hubo otra ola de robos con fuerza en el verano de 2016, pero en locales comerciales y oficinas.
